Se hacían pasar por una empresa de electricidad y exigían el pago inmediato de una deuda
La Guardia Civil ha detenido a seis personas de una banda acusada de más de 60 estafas a hosteleros mediante el método del corte de luz, en el que se hacían pasar por una empresa de electricidad y exigían el pago inmediato de una deuda para no cortar el suministro y obligar así al cierre del negocio.
La Operación Tec Apagón ha permitido arrestar a seis miembros de grupo criminal especializado en este tipo de estafa, que presuntamente se hacían pasar por una empresa de electricidad y amenazaban con cortar el suministro en una hora. A los detenidos se les atribuye la autoría de al menos 60 delitos de estafa, de un delito de falsedad documental y de otro de integración en grupo criminal, y se estima que han conseguido un botín superior a los 100.000 euros.
El cabecilla es el más joven de los detenidos, y el grupo tenía su base de operaciones en la localidad madrileña de Ciempozueloss. Los detenidos contactaban con sus víctimas, exclusivamente hosteleros, al mediodía, a la hora de las comidas, justo cuando más clientes tenían en el establecimiento, y les advertían de que, en menos de una hora les cortarían la luz si no abonaban una factura impagada.
El hostelero, como a esa hora no podía contrastar con su banco o con su gestor dicho impago y ante la tesitura de quedarse sin electricidad, abonaba la factura con la promesa por parte del que llamaba de que si se trata de un error le devolverán su dinero. Normalmente, todas las facturas supuestamente impagadas eran por un importe cercano a los 2.000 euros.
Los estafadores previamente habían conseguido todos los datos del establecimiento, como titular, dirección del negocio y empresa que les suministraba la electricidad, para ser más creíbles ante sus víctimas. Los detenidos contactaban con sus víctimas a través de teléfonos móviles cuyas tarjetas SIM estaban a nombre de terceras personas a los que les habían usurpado sus datos y que nada tenían que ver con la organización.
Además, dos de los integrantes de esta organización se encargaban de captar mulas, normalmente personas con problemas de drogadicción a los que convencían, previo pago de una pequeña cantidad de dinero, para que abriesen cuentas bancarias a su nombre y las cediesen a este grupo criminal.