El cadáver de la víctima apareció en un pinar de Villa de Vallecas, calcinado y sin dientes ni dedos para dificultar su identificación
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 18 años y medio de prisión a la conocida como «viuda negra de Torrejón» por asesinar en 2021 a un marino mercante, cuyo cuerpo fue hallado en un pinar de Villa de Vallecas, parcialmente calcinado y mutilado para dificultar su identificación.
La misma resolución impone dos años de cárcel a Luis E. M. G., considerado encubridor del crimen por ayudar a la autora a deshacerse del cadáver.
El fallo sigue el veredicto del jurado popular, que declaró culpable, por mayoría, a María José B. G. de matar a Gabriel E. S., de 62 años y natural de Ferrol (A Coruña). El tribunal le impone 18 años y medio de cárcel por un delito de asesinato con alevosía, además de ocho años de libertad vigilada, y dos años de prisión para el segundo acusado, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
La sentencia considera probado que María José actuó movida por un interés económico, aprovechando la relación de confianza que mantenía con la víctima. Tras el crimen, asumió el control de sus nóminas y cuentas bancarias, de las que llegó a beneficiarse con importantes sumas de dinero.
Gabriel trabajaba como marino mercante en una naviera, con un sueldo aproximado de 7.000 euros mensuales, aunque arrastraba una deuda con la Seguridad Social. Para evitar embargos, cobraba parte de su salario a través de personas de confianza, entre ellas la condenada, a quien conocía desde hacía años, cuando ella ejercía la prostitución.
Según la sentencia, el asesinato se produjo en el centro de estética que regentaba la acusada en Torrejón de Ardoz, donde el marino acudió tras regresar de un vuelo internacional y haber ingerido sustancias relajantes.
Esa circunstancia, señala el tribunal, «debilitaba su capacidad de reacción». El fallo añade que el local contaba con «utensilios que facilitaban tanto la ejecución de la muerte como el ocultamiento del cuerpo», que posteriormente fue trasladado y abandonado en un pinar de Villa de Vallecas.
Además, María José había sido investigada en el conocido como «crimen de la etiqueta», ocurrido años antes, cuando un empresario colombiano de 51 años fue hallado muerto en un piso de Vallecas con una etiqueta naranja de un bazar junto al cuerpo, un detalle que dio nombre al caso. La mujer había trabajado en la agencia inmobiliaria de la víctima.