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Ha comenzado ya el desmontaje del monumento franquista dedicado a Enésimo Redondo en Valladolid. Pesa unas cinco toneladas y será almacenado de forma temporal en las instalaciones del Ministerio de Cultura en Alcalá de Henares hasta su ubicación definitiva
El polémico monumento levantado en julio de 1961 en el cerro de San Cristóbal de Valladolid por el régimen del general Francisco Franco en memoria del fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), Onésimo Redondo, ha comenzado a desmontarse de su actual emplazamiento para su traslado, con carácter provisional, a una nave del Ministerio de Cultura en Alcalá de Henares.
Después será ubicado de forma definitiva en el Centro de la Memoria Histórica de Salamanca, que está pendiente de ampliación.
Cada una de las cinco estatuas que lo conforman, y que representan al propio Onésimo Redondo, un campesino, un obrero, un estudiante y un combatiente, tiene una altura de tres metros y medio, mientras que el yugo y las flechas miden doce metros. Sus grandes dimensiones, unido a su elevado peso, es lo que impide su traslado por ahora al Centro Documental de Salamanca.
La retirada de la gran estatua, el pedestal y también la cimentación, cuyo coste se sitúa en los 100.000 euros, está ligada a la ejecución de la Ley de la Memoria Histórica consistente en la retirada de emblemas con nomenclatura franquista.
Los trabajos de demolición y desmontaje tienen un plazo de ejecución previsto de un mes
El proyecto de derribo que maneja el Ministerio de Industria solo contempla la conservación de la estatua y detalla cómo ha de llevarse a cabo la obra. Lo primero que se hará será desmontar el grupo escultórico con un camión grúa y unas eslingas. Después, las esculturas deberán ser separadas en figuras individuales, siendo todas ellas numeradas para su posterior montaje.
Posteriormente se almacenarán tumbadas sobre palés, con cuñas, calzos y los acolchados necesarios. Por último, se retirarán el yugo y las flechas y se derribarán las pilastras simétricas de hormigón armado para acabar con la base del monumento con un martillo hidráulico.
El monumento a Onésimo Redondo se inauguró el 24 de julio de 1961 para conmemorar el 25 aniversario de su muerte.
Una obra rodeada de polémica, muy criticada desde la llegada de la democracia por partidos políticos, asociaciones y vecinos, ha sido incluso objeto de numerosos actos vandálicos y pintadas.