El PP denuncia la falta de planificación del Gobierno de la ciudad
El Partido Popular de Alcalá de Henares denuncia, un año más, «la incompetencia del Gobierno tripartito para gestionar el alumbrado decorativo para las Ferias y Fiestas, al no cumplirse los plazos determinados en los pliegos técnicos para la instalación de la iluminación para las Fiestas de los Santos Niños, ya que el concurso se convocó demasiado tarde».
El concejal popular Markel Gorbea ha señalado que «desde el comienzo de esta legislatura hemos realizado un seguimiento a este contrato, por sus retrasos constantes y su falta de planificación». En palabras de Gorbea «ya el año pasado empezamos las Fiestas Patronales sin iluminación y un año después estamos en la misma situación, pese a las advertencias y recomendaciones realizadas al equipo de Gobierno en Comisiones o en el Pleno Municipal del pasado mes de julio»
El edil popular ha explicado que «el concurso este año comenzó el 7 de junio y el día 29 del mismo mes se declaraba desierto, ya que el importe del contrato se ha reducido en 30.000 euros, pasando de 180 a 150.000 euros IVA incluido, aunque las exigencias se mantienen como en años anteriores».
«Entonces, la concejalía de Infraestructuras fragmentó el contrato y lo volvió a lanzar sin incluir el alumbrado navideño por 60.000 euros y reduciendo los plazos para llevar a cabo la instalación, su verificación y certificaciones a solo un día antes del encendido, teniendo que estar todo listo el día 2 de agosto», ha detallado Gorbea.
Este mismo miércoles se había convocado una Junta de Gobierno extraordinaria para las 13 horas con la finalidad de adjudicar el contrato a la única empresa que había concurrido, pero antes de esa hora ya se habían instalado elementos de sujeción y cables en la Plaza de los Santos Niños, «una alegalidad palpable a la que la empresa adjudicataria se ve obligada por la inacción de este Gobierno», ha afirmado Markel Gorbea.
Para el concejal popular, «esta falta de planificación continua perjudica a los vecinos, ya que menoscaba la calidad del servicio por los frecuentes errores que se dan en el mismo, lo que supone despreciar el trabajo de los técnicos municipales y pone en riesgo el buen hacer y la seguridad de los trabajadores de las empresas adjudicatarias al tener que trabajar a contrarreloj para cumplir con los plazos fijados».