Dicho módulo tuvo que ser desalojado anoche tras el incendio de un colchón
Los funcionarios de la cárcel de Madrid II Alcalá-Meco desalojaron anoche el módulo de aislamiento por el humo generado por el incendio de un colchón provocado por un preso que intentó fugarse el sábado, según ha informado CSIF Prisiones Madrid.
Los hechos ocurrieron este miércoles sobre las 21 horas en dicho módulo de aislamiento. Tras el incendio, los funcionarios de servicio acudieron rápidamente a intentar sofocarlo pero cuando abrieron la celda el preso se abalanzó contra los funcionarios con intención de agredirles, sin lograrlo.
Pese a las nefastas condiciones de visibilidad por el humo negro que generó el colchón ardiendo, los funcionarios redujeron al interno. Y ante la imposibilidad de apagar el fuego, con el intenso humo tóxico inundando la galería, bajaron al preso a la planta de abajo.
A continuación, desalojaron la totalidad de internos de esa planta, 14 en total, al patio, evacuación que se realizó en unas condiciones infernales, sin visibilidad, y en condiciones de seguridad conflictivas, puesto que los funcionarios cada vez que abrían una celda no sabían si el interno iba a intentar agredirles, o se encontraría desmayado, han explicado desde el sindicato.
Finalmente, los empleados consiguieron desalojar sin incidentes a los presos del módulo de aislamiento, los más peligrosos, aunque tuvieron que llevar a hombros a dos de ellos porque se habían desmayado por el humo y estaban sin fuerza, según el sindicato.
CSIF ha denunciado que esta situación se repite con demasiada frecuencia en este módulo y pese a ello se sigue sin contar con un sistema de extracción de humos que garantizaría evitar el caos de falta de visibilidad y toxicidad que incidentes como el de ayer provocan. Además, critican que no cuentan con equipos autónomos suficientes para todo el personal que debe participar en este tipo de situaciones.
La sección sindical de este centro ha agradecido y puesto en valor la actuación de los funcionarios, que pese a estar en prácticas o próximos a su jubilación, arriesgaron su propia seguridad personal para evitar males mayores.
Por último, piden a la administración penitenciaria medidas de seguridad más eficaces y necesarias y la dotación suficiente para proporcionarles los medios adecuados para actuar ante este tipo de situaciones.