Una persona muy querida en su pueblo de Valladolid y en el barrio de Coslada donde vivía
Pablo Rodríguez Alegre, de 57 años, fue el hombre que murió ahogado en un túnel de Coslada el pasado sábado durante la tormenta que afectó de lleno a la localidad.
Vivía en Coslada pero nació en Villamuriel de Campos, un pequeño pueblo de Valladolid de unos 60 habitantes. Allí, amigos y familiares se han despedido de él en una misa multitudinaria, según adelanta El Norte de Castilla.
Casado y con un hijo de unos 25 años, se acercaba al pueblo cada vez que podía, en especial para ver a su madre, siendo un habitual en las Fiestas de San Pelayo, según el citado diario.
Entre sus vecinos era muy querido, como también lo era en el barrio de Coslada donde vivía, en la Avenida de Roma (Ciudad 70).
Rodríguez Alegre era sobrino del alcalde de la localidad vallisoletana, Anacleto Pascual Alegre, quien en nombre de la familia quiso dar las gracias por todas las muestras de afecto y cariño recibidas desde el sábado, en especial por los cientos de personas que asistieron al funeral el domingo.
Durante el funeral, el párroco tuvo palabras de esperanza y consuelo hacia la familia y hacia todos los vecinos.
Más tarde las cenizas de Pablo Rodríguez fueron trasladadas hasta el Cementerio Municipal para recibir sepultura.
Una comitiva llenó las calles del pueblo en una larga hilera de personas que iba desde el Cementerio hasta la Iglesia Parroquial.
El Ayuntamiento de Coslada también quiso transmitir las condolencias a la familia y seres queridos del vecino fallecido en el túnel situado en el llamado Camino de Rejas.
La investigación para determinar qué pudo ocurrir sigue abierta por parte de la Policía Nacional que trata de averiguar si el túnel estuvo vallado toda la noche, como aseguran fuentes municipales y si alguien pudo quitar la valla. El entorno del fallecido mantiene que si hubiera estado vallado no se habría adentrado con el coche o se habría dado cuenta del peligro a tiempo.