La Guardia Civil ha detenido a cinco personas y ha interceptado un cargamento de 525 kilos de hachís
La Guardia Civil ha desmantelado en Madrid una organización delictiva dedicada al tráfico de hachís, resultando detenidas cinco personas. Asimismo, se ha interceptado un cargamento de 525 kilos de hachís en el interior de un vehículo cuando trataban de trasladarlos desde la provincia de Huelva hasta Colmenar Viejo.
La investigación se inició tras recopilar la información obtenida de la desarticulación de puntos de venta al por menor en Tres Cantos. Estas informaciones concluían que se estaban llevando importantes ventas desde un garaje situado en Colmenar Viejo.
Fruto de las vigilancias realizadas por los agentes que han desarrollado la investigación, se pudo identificar a varias personas que acudían a un inmueble de la población, donde accedían a través del garaje y tras permanecer unos minutos en el interior se marchaban. Se comprobó que todas estas personas, tras ser identificadas, portaban sustancias estupefacientes.
Constatadas las sospechas, la Guardia Civil centró todos sus esfuerzos en identificar al posible distribuidor, que resultó ser un ciudadano marroquí con múltiples antecedentes relacionados con delitos contra la salud pública, que resultó ser el cabecilla del grupo.
Durante la investigación, los agentes han podido constatar que uno de los integrantes del entramado era administrador de varias empresas VTC, cuyos vehículos eran utilizados para repartir las sustancias estupefacientes a sus clientes.
Tras detectar una reunión donde además del cabecilla se encontraban todos los miembros de la red y ante los movimientos inusuales que realizaron, se optó por establecer un dispositivo de vigilancia y seguimiento.
Esta actividad operativa permitió la interceptación en la A-5 de una caravana de tres vehículos, localizando en uno de ellos 525 kilos de hachís, distribuidos en 15 fardos y que tenían como destino Colmenar Viejo.
Los detenidos son dos ciudadanos marroquíes, el cabecilla de 27 años y su lugarteniente de 40 años. Dos ciudadanos rumanos de 32 y 41 años que eran los encargados de distribuir las sustancias, y que eran los conductores habituales. Y un ciudadano español de 47 años, cuyo papel en la organización era el de administrar tres empresas de VTC.