Se negaron a abandonar su puesto para atender al hombre, que había sufrido un infarto a escasos 70 metros
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a una médico y a un enfermero a seis meses de inhabilitación por dejar morir a un hombre que sufrió un infarto a 70 metros del centro de salud donde se encontraban trabajando, en Tres Cantos, a pesar de ser requeridos por familiares de la víctima y la Policía.
La Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid ha dictado una sentencia condenatoria fruto de un acuerdo de conformidad en el que los dos condenados aceptan la inhabilitación de su cargo por seis meses, ocho meses de multa y 100.000 euros de indemnización para los familiares por un delito de omisión del deber de socorro.
Los hechos ocurrieron el 12 de diciembre de 2015 cuando, la víctima, de 53 años de edad, estaba jugando al pádel con su hijo y su mujer en el Polideportivo Municipal de Tres Cantos. De repente, cayó desplomado al suelo por un infarto, lo que le provocó además una herida en la cabeza.
El hijo del afectado salió entonces corriendo al Centro de Atención Primaria, ubicado a escasos 70 metros del lugar en el que yacía el herido, y pidió ayuda a los técnicos que se encontraban en Urgencias, pero estos se negaron en varias ocasiones a abandonar el centro y pidieron que transportaran a la víctima allí.
Sí acudieron al lugar varios agentes de la Policía Local, que intentaron reanimar al hombre con técnicas básicas que no resultaron suficientes, por lo que también se dirigieron al Centro de Atención a pedir encarecidamente a los profesionales que acudieran a socorrerle.
La médica y el enfermero volvieron a negarse, alegando que no tenían medios suficientes para desplazarse, pues la ambulancia no estaba disponible y los policías ofrecieron llevarles, a ellos y todo el material que necesitaran, pero los técnicos explicaron que no podían cargar con todo.
Los policías siguieron rogándoles y, ante la insistencia de los sanitarios de que transportaran ellos mismos al paciente hasta el centro, los agentes argumentaron que no podían hacer tal cosa porque no podían cesar las maniobras de reanimación, e incluso recordaron a los técnicos la responsabilidad penal en la que estaban incurriendo.
Mientras tanto, el resto de policías siguieron intentando mantener con vida al paciente hasta que sobre las 18.40 acudió una UVI móvil que inició la reanimación avanzada, pero no pudo impedir que el herido falleciera por parada cardiorrespiratoria.