Continúa el misterio en torno al crimen de los tres hermanos
La Guardia Civil ha hallado un arma simulada durante la inspección ocular de la vivienda de la localidad madrileña de Morata de Tajuña en la que el jueves se encontraron los cadáveres con signos de violencia de tres hermanos, Amelia, Ángeles y Pepe, de unos 70 años.
La Guardia Civil investiga el origen de esa pistola de fogueo y está a la espera de conocer los resultados de las autopsias que determinarán las causas de la muerte. Los cuerpos aparecieron parcialmente quemados y apilados uno encima de otro.
Los agentes manejan, entre otras hipótesis, la de un posible ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído los hermanos con otras personas al verse arruinados tras ser víctimas de una estafa amorosa por Internet.
Enviaban dinero a los presuntos estafadores de forma periódica para conseguir una herencia millonaria que les habían prometido, según los vecinos, por lo que la investigación se centra también en rastrear las redes sociales de los fallecidos.
Los supuestos estafadores se hacían pasar por militares, y ahora se trata de averiguar la identidad de estas personas y conocer el destino del dinero. Otra de las líneas que barajan los investigadores apunta a un hombre al que alquilaron una habitación.
Según han contado los vecinos, durante el verano alquilaron una habitación de su vivienda a un hombre paquistaní al que acabaron debiendo unos 60.000 euros, y quien supuestamente llegó a agredir a una de las hermanas con un martillo.
Esta persona, que regentaba un comercio en Arganda, fue condenada por intento de homicidio por estos hechos y se investiga ahora, apunta ABC, si pudo aprovechar un permiso penitenciario para ajustar cuentas con los hermanos.
Se cree que podrían llevar muertos desde diciembre, ya que los cuerpos estaban en avanzado estado de descomposición y los vecinos llevaban un mes sin ver a los hermanos. El juzgado de Arganda que lleva el caso ha decretado el secreto de sumario.