El cadáver fue troceado, quemado y tamizado hasta en tres ocasiones, sin que las cenizas hayan sido localizadas
La Guardia Civil ha logrado esclarecer el homicidio de un joven de 28 años, al que un hombre mató en agosto pasado en una vivienda de Rivas-Vaciamadrid, tras una discusión, y al que después incineró con ayuda de otras personas, que han sido detenidas al igual que el autor material.
Un suceso que, como ha relatado en rueda de prensa el comandante Julio César Martín, jefe de Policía Judicial e Información de la Guardia Civil en Madrid, comenzó en la noche del 10 de agosto pasado cuando la víctima llegó a la casa del supuesto autor del crimen y comenzó una discusión posiblemente relacionada con un asunto de drogas, según la Guardia Civil.
En un momento dado, el supuesto autor, J.C., de 34 años, que, según las investigaciones, no había premeditado el homicidio, recurrió a un arma blanca y mató al joven, al que descuartizó después, a la vez que limpió la casa para borrar indicios. De hecho, llegó a pintar hasta dos veces algunas dependencias de la vivienda. Además, usurpó durante meses la identidad de una persona que reside en el Reino Unido.
Para deshacerse del cadáver, J.C. recurrió a dos personas conocidas: Una mujer que aportó el coche para trasladar el cadáver y un hombre con numerosos antecedentes por su importante actividad delictiva conocido como Paco El Loco en cuyo domicilio de López de Hoyos la Guardia Civil llegó a encontrar un verdadero arsenal de armas de todo tipo como pistolas, ballestas y catanas, entre otras.
Se trata de un delincuente habitual con numerosos antecedentes a sus espaldas de amenazas, extorsiones, lesiones, hurtos, allanamiento de morada y otros delitos violentos.
Según las pesquisas, el cadáver ya troceado fue trasladado a una finca de El Pardo, localidad madrileña donde había residido el autor material durante una época. Allí lo quemaron, incineraron y tamizaron hasta en tres ocasiones, si bien los investigadores no han logrado a averiguar dónde arrojaron las cenizas, aunque los restos biológicos hallados en la casa de Rivas y en otros escenarios han permitido identificar a la víctima.
Los cuatro detenidos, todos españoles, con edades comprendidas entre los 34 y los 44 años, ya cumplen prisión preventiva.