El hermano de Marcos, asesinado junto a su familia en Pioz, pone en tela de juicio la versión oficial que apunta a un posible ajuste de cuentas
Un pariente de los cuatro miembros de la familia brasileña cuyos cuerpos aparecieron descuartizados en el municipio de Pioz (Guadalajara) ha negado que los asesinados tuvieran cualquier relación con el tráfico de drogas.
Los fallecidos eran Marcos Campos Nogueira y Janaína Santos Américo, ambos de 39 años, y sus dos hijos, una niña de cuatro años y un niño de un año, que nació en España.
Un hermano de Marcos, Valfran Campos, ha dicho a la televisión Globo que es «absurdo» insinuar que la pareja estuviera relacionada con el narcotráfico, después de que una fuente oficial dijera que «todo parece indicar» que el asesinato se debe a un «ajuste de cuentas». Hablaron con ellos por teléfono por última vez el 16 de agosto y le dijo que «estaba feliz porque íbamos a visitarlos y porque se habían cambiado de casa».
La pareja era oriunda de João Pessoa, capital del estado de Paraíba, en el noreste de Brasil, y se mudó a España hace tres años por una oportunidad de empleo para Nogueira, que ha trabajado como camarero en un restaurante de Alcalá de Henares hasta el pasado mes de abril cuando se quedó en paro.
Valfran Campos, el hermano del fallecido, ha pedido además, en declaraciones al diario El Español, que se investigue el restaurante en el que trabajaba Marcos. «Hay que buscar en el sitio que trabajó mi hermano. La solución creo que está ahí. Las personas que estaban cerca sabían alguna cosa», ha asegurado.
En la televisión brasileña se pregunta además, muy afectado, «¿Qué error ha hecho mi hermano para que maten a su familia?»
Los cuerpos de los cuatro miembros de la familia fueron localizados en un chalé de una urbanización de Pioz repartidos en varias bolsas. Según la Guardia Civil, el crimen se cometió hace por lo menos un mes por el estado de descomposición de los restos mortales.
El cuñado de Janaína, Eduardo Braulio, dijo al portal Globo.com que sus familiares en Brasil no sospecharon nada porque «a veces se quedaban sin comunicación» durante un tiempo y creían que, por haberse mudado recientemente, todavía no habrían instalado internet en casa. Según Braulio, el padre de Janaína tuvo una subida de tensión al enterarse de lo ocurrido y fue hospitalizado.
El matrimonio no tenía antecedentes penales en España, según han confirmado fuentes de la Guardia Civil, que mantiene el hermetismo sobre la investigación del cuádruple asesinato, al estar bajo secreto de sumario por orden del Juzgado de Instrucción 1 de Guadalajara.
Los investigadores barajan que el matrimonio fue degollado y descuartizado junto a sus hijos por unos sicarios que habrían viajado explícitamente para cometer este salvaje crimen a la urbanización La Arboleda.
El equipo de la Guardia Civil se centra ahora en seguir el rastro de quienes accedieron en el último mes al chalé situado en la calle Los Sauces de esta urbanización con unas 600 casas.
La investigación, en coordinación con el juzgado, la está llevando a cabo la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil en Guadalajara. Con estos agentes colabora el Equipo Central de Inspección Oculares del Instituto Armado, unos expertos desplazados desde Madrid para recabar huellas y restos biológicos en una vivienda en la que no había apenas muebles, las puertas y ventanas no estaban forzadas y estaba todo sospechosamente muy limpio, además de que nadie vio ni oyó nada.