Los investigadores sospechan que algún compatriota o compañero de piso pudo ayudarle a trasladarse desde Arganda a Morata para cometer el crimen
La Guardia Civil investiga si alguien ayudó al autor confeso del crimen de Morata a trasladarse desde Arganda del Rey, donde recibía y regentaba un locutorio, hasta la localidad de Morata de Tajuña, ya que no tenía coche en ese momento. El pakistaní de 42 años detenido confesó a los agentes que había acabado con la vida de los tres hermanos septuagenarios porque le debían dinero y no le pagaban.
Los investigadores sospechan que algún compatriota o compañero de piso pudo ayudarle a trasladarse desde Arganda a Morata para cometer el crimen, aunque esta persona sería cómplice y no coautora. Los cuerpos de los tres hermanos presentaban golpes, puñaladas y quemaduras, ya que, tras acabar con su vida, trató de quemar los cadáveres con gasolina.
Según la confesión del detenido, las víctimas le habían dejado en la ruina y no tenía ni para comer. Algunos vecinos apuntan que les dejó 30.000 euros con la promesa de que le devolverían el doble, de ahí que en un principio se hablara de una deuda de 60.000 euros. Las hermanas estaban convencidas de que iban a cobrar una herencia millonaria de 7 millones por parte de un militar estadounidense.
Por eso pedían dinero a todo el mundo para poder desbloquear la supuesta herencia que formaba parte de la estafa amorosa por Internet de la que estaban siendo víctimas desde hace años. A los estafadores les enviaban grandes cantidades de dinero hasta el punto de que los hermanos llegaron a arruinarse teniendo que vender propiedades para seguir enviando más dinero.
Estos envíos los realizaban desde el locutorio que regentaba el ahora detenido y donde le pidieron dinero que el pasado mes de diciembre esta persona quiso recuperar. Se cree que fue entonces cuando se inició una discusión en la vivienda de Morata y el detenido acabó con la vida de los tres hermanos: Amelia, Pepe, Ángeles, de 71, 79 y 74 años, respectivamente.
Se desconoce si ha aparecido el arma homicida, un martillo o un objeto contundente similar, en los registros llevados a cabo por la Guardia Civil en la vivienda en la que residía el detenido en Arganda el detenido. Esta persona era el principal sospechoso del triple crimen desde el primer momento, ya que meses atrás había agredido a una de las hermanas con un martillo.
Intentó entonces cobrar la deuda y acabó agrediendo a una de las hermanas. Por estos hechos estuvo en prisión, pero salió de la cárcel el pasado mes de septiembre tras llegar a una conformidad con las víctimas, que no quisieron denunciarle cuando ocurrió la agresión, pero los agentes que acudieron a la casa actuaron de oficio.
Además, esta persona era conocida en Morata porque vivió hace meses en la vivienda de las víctimas, donde le tenían alquilada o cedida una habitación. Tras salir de la cárcel, al verse arruinado, intentó ponerse en contacto con las víctimas para que le pagaran. Los tres hermanos estaban aterrorizados, por eso compraron la pistola simulada que fue hallada en un cajón de la casa.