Su rastro se perdió el pasado martes
La Guardia Civil y la Policía Nacional investigan la desaparición de Pablo Escribano Taioli, un médico de 29 años residente en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.
Su rastro se perdió el pasado martes tras aterrizar en Madrid desde Canarias junto a una compañera. Habían estado pasando unos días de vacaciones con otros amigos.
Sobre las 21 horas del martes aterrizaron en Barajas. Cogieron un Cabify que les llevó a sus casas, primero a ella, que vive frente al Hospital de la Príncesa, y después al piso que él comparte con dos compañeras de trabajo en Avenida de América.
Los investigadores creen que el joven subió a su casa, dejó la maleta y se volvió a marchar. Su coche, un Peugeot 2008 blanco, no está en su garaje.
Su teléfono móvil todavía se encuentra encendido, da señales hasta que salta el buzón de voz, por lo que la localización del terminal podría arrojar alguna pista sobre su paradero.
Su familia ha pedido en las últimas horas la colaboración ciudadana a través de las redes sociales, aportando varias fotografías y su descripción: mide 1,75 de estatura; pesa 68 kilos; es de complexión delgada y ancho de espalda; de pelo castaño corto y ojos castaños; y tiene un lunar en la mejilla derecha a la altura del mentón.
?Urgente⚠
Este es Pablo y ha #desaparecido en #Madrid
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Compañeros, familiares y amigos de Pablo han tratado de localizarle, sin éxito. Aseguran que no tenía ninguna amistad peligrosa y que es un chico normal. Sus planes más inmediatos, para esta misma semana, eran entregar curriculums en distintos hospitales de la Comunidad de Madrid.
La Guardia Civil cuenta con otro dato. La última vez que se conectó al WhatsApp fue a las 5.44 horas de la madrugada del 1 al 2 de mayo. Además, según ha contado su madre a El Confidencial, alguien utilizó la aplicación de su entidad bancaria que tiene instalada en el teléfono para dar de baja la tarjeta argumentando que se había extraviado, aunque no hay movimientos en las cuentas.
Tampoco hay rastro por el momento de su coche, y no cuentan con ninguna otra pista que les pueda dar alguna esperanza de encontrarle pronto, sano y salvo.
Pablo estaba terminando la especialidad de endocrinología en el Hospital de Alcalá de Henares, donde sus compañeros y el propio centro se han movilizado para encontrarle.