Así lo recoge el auto de la juez que la envió a prisión por un presunto delito de asesinato
Beatriz, la auxiliar del Hospital de Alcalá de Henares detenida tras matar supuestamente a una anciana que estaba a punto de recibir el alta, actuaba «guiada presumiblemente por unos sentimientos de animadversión al personal médico», según la juez que instruye el caso y que la envió a prisión provisional, comunicada y sin fianza.
Pudo actuar, por tanto, según el auto de la magistrada, motivada por un sentimiento de venganza, lo que desvelaría el supuesto móvil del crimen.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores, según ha podido saber MiraCorredor.tv, es que sintiera «celos de las enfermeras» porque los médicos siempre se dirigían a ellas, «ignorando» su trabajo, de manera que presuntamente «pagaba con los más débiles esa venganza» hacia los médicos, a sabiendas de que la responsabilidad de una muerte «caería de lleno y en primer lugar» sobre los facultativos, lo que respondería a un «perfil psicopático».
En su declaración judicial, adelantada por Antena 3, Beatriz, de 37 años, se limitó a negar rotundamente los hechos: «Es imposible. No he suministrado aire a presión. Hago el aseo, cambio pañales y poco más. No toco agujas ni jeringuillas. Las únicas que toco son las que tengo en casa para cocinar y dar el jarabe a mi hija». Precisamente la cámara de seguridad llegó a captar cómo meses atrás se llevaba jeringas a casa, según la investigación.
Ante la juez explicó el tiempo que llevaba trabajando en el centro: «Soy auxiliar de enfermería y empecé a trabajar en el hospital hace 13 años. En la planta de Medicina Interna llevo unos 10 u 11 años».
La acusada confirma que el día que falleció la anciana «estaba de turno» y detalla que entró en la habitación «unas cuatro veces para cambiar los termómetros».
La última vez que accedió a la habitación 528 fue pasadas las 15.45 horas, tal y como confirman las imágenes de la cámara de videovigilancia oculta instalada en el pasillo de la planta 5 B por orden judicial desde 2015, cuando comenzaron las sospechas sobre Beatriz por la muerte de otra anciana en extrañas circunstancias, aunque entonces el caso se cerró por falta de pruebas.
Según declara ante la juez, la última vez que entró en la habitación, vio cómo la anciana, que padecía Alzhéimer, sufría una crisis. Relata que llamó a la enfermera y que acudieron los internistas: «Se la intubó, vomitó un poco de comida… Pero no había nada que hacer».
La juez sostiene que en una de esas cuatro incursiones a la habitación o en las cuatro, inyectó supuestamente aire en las venas de la paciente provocándole la muerte, y esto pudo hacerlo hasta en cinco ocasiones o en una sola vez con una jeringa grande de las que se usan para limpiar las vías o para suministrar alimentación.
Por otro lado, fuentes conocedoras del caso señalan a MiraCorredor.tv que médicos y compañeros del Hospital de Alcalá están revisando historiales a petición de la Policía para tratar de averiguar si coincidían las guardias de esta persona con las últimas muertes extrañas ocurridas en el centro.
Las mismas fuentes indican que una auxiliar de enfermería nunca puede manejar una vía venosa, por lo que la Policía deberá probar si Beatriz tuvo la oportunidad de tener acceso al material.
Ver ahora:
Una cámara oculta pudo grabar a la auxiliar detenida en Alcalá