Se cree que pudo ser un adulto el que compró las bebidas en un supermercado
Un juzgado investiga cómo consiguió el alcohol la niña de 12 años fallecida en la localidad madrileña de San Martín de la Vega tras ir de botellón con unos amigos. Según las primeras investigaciones, la menor fue trasladada hasta el centro de salud en un carro de la compra.
Al parecer, un adulto compró las bebidas a este grupo de menores en un supermercado, pero no está claro, por lo que ahora se trata de averiguar si la bebida se consiguió a través de un comercio local, de una persona mayor o incluso de un domicilio particular.
El alcalde de San Martín de la Vega, Rafael Martínez, dice que la muerte de la menor afecta a todos los vecinos y sostiene que ahora «no es tiempo de buscar culpables sino soluciones». El regidor asegura además que no sabía que en la zona en la que ocurrió el suceso se reunían jóvenes para beber.
Por su parte los padres, que son de origen polaco y que llevan muchos años viviendo en el municipio, estudian presentar una denuncia contra el Ayuntamiento por haber incumplido la ley antibotellón, que impide a los jóvenes reunirse en la calle para beber.
Según fuentes próximas al caso, la Policía Local ya había trasladado a la menor a su casa, encontrándose ebria, en dos ocasiones anteriores al día en el que se produjo su fallecimiento.
Por otro lado, la autopsia practicada a la menor, que falleció el pasado día 1 de noviembre, confirmó que murió por un coma etílico.
La muerte destapa, según los expertos, la forma que muchos menores tienen de entender el ocio y la diversión, basados en el consumo de alcohol, una droga legal hacia la que la sociedad muestra excesiva tolerancia.
Según la Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (2014-2015), del Ministerio de Sanidad, casi el 80% de los chicos y chicas españoles de entre 14 y 18 años probó el alcohol y la edad media de inicio en el consumo se sitúa en los 13,9 años.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, ha pedido que se endurezcan las leyes para evitar el consumo de alcohol por parte de menores. «Cuando están bebiendo y ven que un niño se marea o empieza a vomitar en ese momento mi petición es que llamen al 112», ha dicho el consejero, que ha considerado que una «regañina» de los padres a tiempo «siempre es mejor que la muerte de una niña».