Rivas sigue buscando a Diego
Diego Méndez (65 años) el pasado jueves por la noche salió de su casa para pasear a su perra y no volvió. Iba vestido con una camisa de cuadros marrones, un pantalón color caqui de montaña con multibolsillos y un gorro de tela verdosa, también de los de montaña. Es delgado, mide 1.70, lleva gafas progresivas, tiene barba canosa y es calvo.
Toda su vida se ha dedicado a la odontología, y es una persona bastante conocida y muy querida en Rivas. Hace poco le diagnosticaron Alzhéimer, y en la última semana, según cuenta su familia a MiraCorredor.tv, la enfermedad se había acentuado, dando muestras de desorientación, despiste y pérdida de memoria. De hecho, el martes se lo encontró la Policía Local andando sin rumbo por la autovía.
Desde que se conoció la noticia, todo el pueblo de Rivas está volcado en su búsqueda, en la que han participado durante el fin de semana más de 200 voluntarios, peinando la zona urbana y extendiendo el radio a otros pueblos cercanos como Arganda del Rey, Mejorada del Campo, Coslada y Morata de Tajuña.
Se le ha buscado de día y de noche, por tierra y por aire, con un helicóptero de la Guardia Civil y varias patrullas de la Policía Local y de Protección Civil, que han rastreado la zona llegando hasta la Cañada Real.
Ahora, todos los esfuerzos se centran en mirar en zonas aledañas a ríos, zanjas y cuevas, pues la hipótesis que maneja la familia y también los investigadores es que pueda estar resguardado en algún lugar o haya sufrido un accidente, ya que salió con la intención de volver, pero su enfermedad o cualquier otra circunstancia se lo impidió. Están convencidos de que empezó a caminar, pensando que se dirigía a casa, se desorientó y no supo volver.
Lo más extraño es que la perra que le acompañaba, un caniche pequeño de color canela llamado Mani, tampoco ha dado señales de vida. Una perra muy fiel, que no se despegaba nunca de su dueño, por lo que la familia teme que pueda encontrarse junto a Diego en caso de que le hubiera pasado algo.
En el momento en que salió de casa no llevaba documentación encima ni dinero, pero sí había cogido su teléfono móvil, desde donde realizó la última llamada: «Ya voy, no te preocupes», fueron las últimas palabras que escuchó su mujer.
Después, nunca más cogió el teléfono hasta que se apagó. Creen que pudo bajar el volumen sin darse cuenta y por eso no escuchaba las numerosas llamadas recibidas.
La pista del terminal se pierde el viernes a mediodía, cuando, tras algún movimiento raro, en un punto concreto que no ha transcendido, dejó de emitir señal. Es ahí donde la Guardia Civil centra la investigación.
Diego es un #mayor que padece #Alzheimer y ha #desaparecido en Rivas Vaciamadrid #Madrid
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#062
#112
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