Es la conclusión a la que han llegado al no encontrarse indicios de que haya fallecido
Los investigadores de la Policía Judicial y de la UCO de la Guardia Civil siguen recabando información sobre el misterioso correo electrónico recibido por la asociación SOS Desaparecidos en nombre de Diana.
En ese email, firmado por la joven madrileña desaparecida en Galicia, aseguraba estar bien y haberse tomado un tiempo fuera de España. Un mensaje que ha removido a los investigadores que no han parado hasta localizar por fin el número de teléfono asociado a la cuenta de Gmail desde la que se envió el misterioso correo, aunque por el momento no han transcendido detalles. Todo hace indicar que más pronto que tarde tendrán la certeza de quién está detrás de ese email.
No se descarta que el correo electrónico sea una estrategia de los captores para desviar la atención al sentirse acorralados, aunque por el momento, como ha recordado este mismo jueves el Delegado del Gobierno en Galicia, todas las hipótesis están abiertas.
Entre los expertos cobra fuerza la hipótesis de que Diana puede estar viva. Una idea que se basa en que después de cuatro meses de su desaparición, no existen indicios de que haya perdido la vida. Según recoge Periodista Digital, esta nueva línea de investigación se refuerza en que después de haber peinado la zona donde fue vista por última vez durante varias veces en este tiempo, no ha aparecido ninguna pista ni nada que pueda indicar que Diana está muerta.
Una tesis avalada por la familia y por el presidente de la asociación SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, que en una entrevista con La Información, declaró que Diana podría estar retenida por alguien o haberse marchado voluntariamente. Según sus declaraciones, cabe la posibilidad de que ese alguien sea el mismo que ha escrito el correo. «Diana tiene 18 años y a esa edad se es muy vulnerable», manifestó Amills, quien remarcó que «a esa edad es muy fácil que te engañen, que te hagan promesas falsas o que te creen expectativas».
Desde esta asociación, después de los difíciles casos que acumulan, saben que las 48 horas después de una desaparición son cruciales, y en ese tiempo suelen aparecer la mayoría de los desaparecidos, aunque hay casos en los que se ha tardado en encontrar a una persona hasta seis meses y un año.
Los investigadores también valoran que haya podido cambiar el aspecto físico, algo que no es complicado aunque su imagen sea reconocida por todos.