Curiosamente, solemos decantarnos por los juegos más largos
Si hay una época del año en que nos reunimos con nuestros familiares o amigos, esa es sin duda la Navidad, desde la Nochebuena hasta el Día de Reyes. Sin que esto signifique que le damos prioridad frente a otras celebraciones personales como cumpleaños o aniversarios, el calendario de festivos posibilita que todos, o al menos la mayoría, se queden sin excusa para faltar a las comidas y cenas navideñas, con lo que finalmente son los días en que las casas se llenan y nos reencontramos con seres queridos que llevamos tiempo deseando volver a ver. Inevitablemente también con otros con los que la relación es más tensa, pero tal vez por eso, uno de los mejores aliados de estas celebraciones suelen ser los juegos.
Tradicionalmente, los juegos de tablero han supuesto un nexo de unión entre grandes y pequeños, puesto que por norma general se fundamentan en reglas sencillas que comprenden desde octogenarios hasta niños con edades de una sola cifra. Además, permiten jugar por equipos, por lo que si el banquete reúne a más de diez personas, se convertirá en el entretenimiento ideal junto con los juegos de cartas. En este segundo caso, los juegos deberían dividirse entre los juegos para adultos como el poker o juegos más simples como la escoba o el UNO, completamente orientado a un público infantil. Curiosamente, solemos decantarnos por los juegos más largos, y aunque siempre pretendemos estar sólo un rato, títulos como el Monopoly o el Poker Texas Holdem se pueden extender durante horas, sobre todo si empezamos a apostar garbanzos, figuritas de mazapán o incluso, en algunos casos, dinero.
La gran ventaja de los juegos de cartas es que una simple baraja nos sirve para practicar numerosas modalidades de juegos. No sucede lo mismo con Pictionary, Monopoly o Trivial, que requieren una mesa amplia y que todos los componentes se encuentren dentro de la caja, algo que a priori resulta sencillo de conseguir pero que muchas veces descubrimos que no es posible. No obstante, con el tiempo han ido saliendo al mercado versiones de todos estos juegos para videoconsolas de salón como la Nintendo Switch, ahorrándonos el engorro de repartir billetes, prueba de ello son las salas de poker online, aunque estas van en otra línea, ya que no están pensadas para jugar con los que tenemos en la misma habitación, sino con oponentes que se pueden encontrar en cualquier otro punto del país, conocidos o desconocidos, tal y como sucede con videojuegos como Fortnite. Representan una interesante opción para aquellos que no pudieron desplazarse para asistir presencialmente a la cena de Nochebuena.
Para aquellos más movidos, estos juegos digitales también ofrecen una experiencia frenética. Aquellos más jóvenes han encontrado alternativa a las horas alrededor de la mesa agitando dados y poniendo cartas sobre un tapete y eligen juegos de baile, canto o pruebas físicas sencillas. En estas fiestas, quienes cuentan con videoconsolas de salón y no las tienen sólo de adorno suelen aprovechar para alquilar o comprar títulos como Just Dance para poner a toda la familia a bailar o cantar. Frente al handicap de que quien tiene una de estas consolas cuenta como máximo con cuatro mandos, los smartphones han puesto remedio y desde hace ya tiempo podremos, descargando una app, convertir nuestro teléfono en un mando con el que comunicarse con la videoconsola, por lo que el número de jugadores que canten o bailen se puede multiplicar hasta hacer partícipe a toda la familia.
Si tiempo atrás PlayStation se convirtió en la reina de la fiesta con títulos como SingStar para amantes del micrófono, o Buzz para aquellos forofos de los concursos de preguntas y respuestas, hoy es la consola de Nintendo la que está liderando para este tipo de jugadores. Considerada por los expertos como la mejor máquina familiar de los últimos tiempos, ha sucedido con éxito a la Wii manteniendo el espíritu del Mario Party o el Wii Sports (ahora Sport Party) para agotar a los más enérgicos y que tras la velada familiar puedan dejar descansar al resto de la familia.
Para los jóvenes y adolescentes, que en muchas ocasiones prefieren alquilar un local o casa en Nochevieja en vez de asistir a multitudinarias macrofiestas, estos son los planes favoritos. Una noche de fin de año da para hacer muchas cosas diferentes, pero está claro que el juego es una de las indispensables para despertar al día siguiente con los mejores recuerdos, sea al estilo más clásico de la baraja y los dados, sea llevando consigo una máquina y cables para enchufarla. Tal vez esta segunda opción sea más incómoda o requiera una mayor planificación y es por eso que el poker o el Monopoly no mueren, pero lo cierto es que una reunión multitudinaria sin juegos no luce tanto.