La OCU advierte de que la compra masiva del aceite de girasol subirá los precios
La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que representa al 70% de las superficies comerciales de alimentación en España, ha informado de que «algunas empresas de distribución alimentaria están adoptando medidas de limitación de venta de aceite de girasol debido al comportamiento atípico del consumidor que se ha producido» en los últimos días y con el fin de evitar un acopio exagerado de este producto cuyo abastecimiento en España está asegurado.
ASEDAS hace referencia así a la compra masiva de este producto por parte de los consumidores ante el temor de que vaya a faltar en los supermercados por la guerra en Ucrania, en una situación que recuerda al inicio de la pandemia, cuando muchos ciudadanos hicieron acopio de productos de primera necesidad como el papel higiénico. Lo cierto es que España importa de Ucrania unas 500.000 toneladas de este aceite al año, el 60% del aceite de girasol que se consume en España procede de allí, según datos del Ministerio de Agricultura.
No obstante, desde ASEDAS explican que «la demanda anómala afecta a un número muy limitado de productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y existen alternativas tanto de origen como de producto». También señala que «España es el primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales».
Asimismo, asegura en un comunicado que «la cadena alimentaria española es extraordinariamente eficiente y tiene suficiente capacidad para proveer al mercado de dichos productos» y añade que «las instituciones europeas, el Gobierno y los sectores más directamente afectados están adoptando medidas para paliar esta situación concreta».
Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha querido transmitir «un mensaje de calma» ante la alarma generada por la posible falta de aceite de girasol procedente de Ucrania. Dice la OCU que «hoy por hoy no debería existir un déficit de aceite de girasol en los supermercados, ya que el que se vende ahora procede de la cosecha del pasado verano, antes de la guerra».
Explica también que «hasta la siguiente cosecha, podría impulsarse la producción nacional o la comercialización de otros aceites vegetales asequibles, como el de soja, el de colza o el de orujo de oliva». De hecho, la organización recuerda que nuestro país es el primer productor mundial de aceite de oliva.
La OCU lamenta la restricción de las ventas de aceite de girasol que están practicando algunas cadenas de supermercado como Mercadona, Consum, Carrefour o Eroski, ya que, en su opinión, «genera una creciente alarma entre los consumidores y favorece, por lo tanto, la subida de su precio», un precio que viene ya incrementándose notablemente desde el año pasado por circunstancias ajenas a la guerra de Ucrania, añade.
La organización advierte de que la Ley del Comercio Minorista prohíbe limitar la cantidad de artículos que pueden ser adquiridos por cada comprador y traslada a los consumidores que, además, el aceite de girasol, incluso conservado en condiciones ideales (a oscuras y en un sitio fresco), tiene una fecha de consumo preferente de alrededor de un año desde su envasado, pasada la cual pierde calidad y empieza a enranciarse. «Un motivo más para no almacenar aceite de forma compulsiva», concluye.