La investigación sigue abierta
El caso de la mujer de 40 años que murió el pasado martes, según la autopsia, a consecuencia de las mordeduras de su perro, un presa canario, sigue en investigación, y la Guardia Civil trata de averiguar si la víctima se dedicaba a la cría y venta ilegal de perros de la raza Pitbull.
Los agentes han hallado más de diez ejemplares de esta raza en su vivienda, según han informado fuentes de la investigación.
La investigación se centra ahora en comprobar los papeles de todos los animales, a instancias del juez que instruye el caso, que quiere saber además si la mujer murió realmente, como dice la autopsia, por las mordeduras de su perro, el presa canario, o por el aplastamiento de unos palés que tenía sobre ella cuando fue encontrada.
Ahora, falta saber si la mandíbula del animal que ha sido puesto en cuarentena corresponde con las mordeduras que presentaba el cadáver.
Fueron los compañeros de trabajo de la víctima los que alertaron al 112 de su ausencia a las 18.06 horas del pasado martes.
Los servicios de emergencia vieron a la mujer en el garaje de su chalet, ubicado en el camino de Madrid a Burgos, con varios palés encima, por lo que en principio se pensó que la causa de la muerte fue el aplastamiento.
Sin embargo, la autopista y el análisis forense determinaron que pudo morir por las mordeduras que recibió por parte del can.
La principal hipótesis es que los palés pudieron caer sobre ella cuando intentaba defenderse.