Dos nuevos análisis para determinar la autoría del único acusado y descartar la participaron de más personas
La juez de Alcalá de Henares que lleva el caso del asesinato de la joven Miriam Vallejo el 16 de enero de 2019 en Meco, cuando tenía 25 años de edad, ha decidido continuar con la investigación con dos nuevas pruebas que podrían poner contra las cuerdas a Sergio, el único acusado.
Según publica ABC, la investigación estaba prácticamente paralizada después de que la jueza instructora dejara al acusado en libertad porque no estaba probado el vínculo entre Sergio (que tenía 29 años en el momento de los hechos) y el ADN que había en la ropa de la víctima.
La magistrada aceptó en un principio la tesis de la defensa que argumentó que los pocos vestigios hallados tenían que ver con que Miriam y Sergio hacían la colada en la misma lavadora. Sin embargo, ahora, ha autorizado, a petición de la acusación particular, dos nuevos análisis que podrían determinar su culpabilidad.
El primero de esos análisis es la realización de un nuevo estudio de ADN de la ropa de Miriam para tratar de situar al sospechoso en el lugar del crimen. Y, por otro lado, un análisis de las trayectorias de las puñaladas y su profundidad para esclarecer si en el crimen participó más de una persona.
Es el último cartucho para sentar al sospechoso en el banquillo, a quien la Guardia Civil considera autor del asesinato, pero fue puesto en libertad casi un año después, en diciembre de 2019, porque no estaba probado el vínculo entre Sergio y el ADN que había en la ropa de la víctima.
La investigación y la autopsia revelaron que Míriam fue atacada por la espalda mientras paseaba a cuatro perros. Recibió 89 puñaladas en un camino de Meco colindante con la localidad de Villanueva de la Torre, en la que compartía casa con Sergio y con la que por entonces era novia de éste y amiga de la víctima.