El grupo desmantelado por la Policía es el más activo y especializado en este tipo de hurtos
La Policía Nacional ha detenido a tres individuos como presuntos responsables de la comisión de al menos 15 hurtos por el procedimiento de la mancha.
Los arrestados, liderados por un hombre de 65 años, actuaban en toda la Comunidad de Madrid, principalmente en el Corredor del Henares, aunque de manera puntual podían desplazarse a otras localidades de la geografía española.
La investigación se inició al tener conocimiento de varios hurtos cometidos por la modalidad de la mancha en las localidades de Coslada y San Fernando de Henares.

Efectos incautados por la Policía.
En todas las denuncias, los afectados manifestaban ser víctimas de un robo por el mismo método: al salir de las sucursales bancarias se les acercaba una persona que les manifestaba que tenían una mancha en su ropa, ofreciéndose a limpiarle la misma.
Una vez que llegaban a sus domicilios se percataban de que ya no tenían en su poder el dinero que acababan de sacar del banco.
Tras numerosas gestiones se consiguió localizar al grupo delictivo y las detenciones se produjeron hace unos días en las inmediaciones de una entidad bancaria del barrio de Barajas.
En el momento del arresto, dos de ellos merodeaban los alrededores de la entidad en busca de más víctimas y portaban efectos que utilizaban para sus robos como chocolate líquido para manchar a sus víctimas, pañuelos y un pulverizador quita-manchas que usaban para limpiar a las víctimas.
Un procedimiento por el que «te limpian» muy fácilmente
El hurto de la mancha aunque es un método muy conocido desde hace años sigue muy vigente en nuestros días.
Consiste en hacer una espera en una entidad bancaria hasta que sale su víctima (generalmente eligen a personas de avanzada edad que van a cobrar su pensión).
Una vez que abandona la sucursal van detrás de ella hasta un lugar apartado donde no suela haber demasiada gente.
Un individuo arroja alguna sustancia sobre la ropa de la víctima y en ese momento un cómplice se acerca y se ofrece amablemente a limpiársela.
Es en ese momento de desconcierto y bochorno cuando aprovechan para sustraer los efectos personales que la víctima porta en el interior de los bolsillos (sobres con dinero recién sacados del banco) y que previamente ya sabían donde estaban.