Un tratamiento que se realiza en cuatro fases
El Ayuntamiento de San Fernando de Henares está llevando a cabo la eliminación de nidos de procesionaria de forma manual. Este proceso consiste en la revisión de los pinos mediante observaciones terrestres y en los lugares en los que se localiza los nidos de procesionaria se procede a su eliminación vía mecánica, es decir, usando una cesta elevadora y andamios, y con las herramientas de poda se eliminan los nidos que se van identificando.
Es la tercera fase de un tratamiento contra la procesionaria que se realiza de una manera integral en cuatro fases.
En una primera fase se procede a la captura de polillas adultas mediante trampas de feromonas. Durante el verano de 2018 se colocaron dentro de una bombonas situadas en distintos puntos del municipio varias cápsulas de feromonas. Este atrayente hormonal busca la captura de machos adultos que eviten la fecundación de los huevos puestos por la hembras en los brotes nuevos de los pinos.
En la segunda fase se desarrolló un tratamiento con endoterapia. Este consiste en inyectar al árbol una materia activa (abamectina) y que el propio árbol, a través de su savia, lo traslade a todos los puntos del árbol. De esta manera las mariposas de la procesionaria y los primeros estadios larvarios, al alimentarse del árbol, se mueren. De esta manera se disminuye la población y por tanto la influencia de la plaga.
Por último, en una cuarta fase, se procede a la captura mediante trampas de los gusanos de procesionaria. En algunos puntos del municipio se han colocado en los pinos unas trampas consistentes en un aro de plástico y con terminación en una bolsa, en la cual las orugas adultas de procesionaria, en su proceso de descenso, se quedan atrapadas en esta trampa.
Este último proceso se realiza para que las orugas no completen el último proceso de conversión a polilla que realiza en el suelo en terrenos blandos. Esta fase es la más difícil de controlar puesto que los nidos de procesionaria están diseminados por todas partes y solo se colocan las trampas en unos pequeños puntos del núcleo poblacional de pinos, informa el Consistorio.
Asimismo, recuerda que esta plaga es una de las más difíciles de controlar, puesto que puede aparecer en árboles particulares, árboles anexos a zonas ajardinadas o árboles de otros municipios, de manera que se puede diseminar fácilmente por la zona.
Además, advierte de que esta plaga no es mortal para el árbol, pero resulta «molesta» cuando bajan a realizar el cambio a polilla, puesto que esta oruga posee pelos urticantes que en muchos casos pueden producir picaduras o escozor.