Hay al menos 17 personas afectadas
Al menos 17 personas, de las que solo una ha sido ingresada en el hospital, han resultado afectadas en las dos últimas semanas por un brote de salmonelosis detectado en un restaurante de la localidad de Móstoles, según han confirmado fuentes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Sanidad está investigando las causas, aunque en principio todo apunta a que se trata de salmonella, una bacteria que suele estar en huevos y productos derivados.
El origen de la intoxicación alimentaria está todavía por identificar, pero se cree pudo haber sido causada por una tortilla en mal estado.
El restaurante en cuestión, situado en la Avenida de la ONU, se encuentra cerrado desde entonces por decisión propia de los responsables del establecimiento, no por orden de Sanidad.
La salmonelosis se caracteriza por la aparición brusca de fiebre, dolor abdominal, diarrea, náusea y, a veces, vómitos.
En la mayoría de los casos, los síntomas son relativamente leves y los pacientes se recuperan sin tratamiento específico, aunque, en algunos pacientes, particularmente en niños pequeños y en ancianos, la deshidratación causada por la enfermedad puede ser grave y poner en peligro la vida.
Asimismo, desde la Consejería de Sanidad recomiendan para evitar este tipo de brotes conservar siempre los huevos en la nevera.
Además, en el caso de preparar tortillas, se debe proceder a un cocinado completo (cuajando su centro) y consumirlas inmediatamente o bien mantenerlas refrigeradas hasta el momento de su ingesta, desechándolas a los dos días.
En el caso de establecimientos alimentarios, la normativa obliga al uso de huevos pasteurizados si no se cocinan completamente los alimentos.
Se aconseja también evitar cascar el huevo en el borde del plato que se va a utilizar para batirlo, ya que la salmonella puede estar presente en la cáscara, por lo que no se tiene que servir la tortilla en el mismo plato que se ha empleado para su elaboración.
Con respecto a las salsas y mayonesas, se recomienda elaborarlas con huevo pasteurizado o industrial y, en caso de utilizar huevo crudo, prepararlas poco antes de su consumo, conservarlas en el frigorífico y no guardar las sobras.
Además, no es recomendable suministrar salsas caseras hechas con huevo crudo a personas vulnerables, como mujeres embarazadas, personas mayores, niños muy pequeños o personas con problemas de inmunidad.