Se trata del tercer juicio por agresiones sexuales a menores que afronta Cristóbal L.C.
Este miércoles, 16 de octubre, estaba previsto que comenzara el juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid contra El Toba, conocido como el frutero de Valdeavero, por una decena de supuestas agresiones sexuales a niños menores de 16 años de la localidad cometidas presuntamente en su casa y en la frutería que regentaba.
Finalmente, el juicio se ha aplazado hasta septiembre de 2025 después de que la abogada de la defensa haya acreditado que sufre un problema médico. El elevado número de procesos que tiene pendiente el tribunal ha hecho que no se pueda programar hasta el 24, 25 y 26 de septiembre de 2025.
Una decisión que ha causado malestar entre las familias de las víctimas por el tiempo que llevan esperando el juicio y porque ahora tendrán que esperar casi un año más. El letrado de la acusación particular, Juan Manuel Medina, ha lamentado, además, en declaraciones a Efe, que no se hiciera prueba preconstituida, lo que implica que «los menores tendrán que volver a declarar en la sala».
Se trata del tercer juicio por agresiones sexuales a menores que afronta Cristóbal L.C., que actualmente se encuentra en prisión tras ser condenado en 2023 por corrupción de menores y agresión sexual a un menor a 19 años de cárcel, a diez de libertad vigilada y a no trabajar con menores durante 25 años.
El pasado mes de febrero fue absuelto de los delitos de abuso sexual por embaucamiento a menor de 16 años, corrupción de menores y exhibicionismo en otra causa en la que estaba acusado de haber solicitado a un joven de 15 años que le enviara fotos de sus genitales y ofrecerle 100 euros a cambio de sexo.
Ahora se enfrentaba a la causa más grave, por la que la Fiscalía pide para él 98 años de cárcel por cinco delitos continuados de agresión sexual sobre menor de 16 años con violencia o intimidación, tres delitos continuados de abuso sexual y dos delitos continuados de agresión sexual sobre menor de 16 años con acceso carnal cometido con violencia o intimidación.
Además, le reclama 154.000 euros para las diez víctimas. El acusado se aprovechaba de la amistad de uno de sus dos hijos menores de edad con esos chicos, con los que jugaba en una plaza cerca de la tienda, para ofrecerles golosinas y gusanitos y terminar tocándoles los geniales. A algunos les ponía vídeos pornográficos mientras se masturbaba, según la Fiscalía.
El Toba, que residía desde 2004 en Valdeavero, donde desde 2018 regentaba una frutería, estuvo en prisión provisional por esta causa desde el 16 de diciembre de 2020 hasta el 18 de octubre de 2021 con la prohibición de pisar Valdeavero y de aproximarse a menos de 500 metros de los menores. En este caso, no consta que los hijos del acusado tuvieran conocimiento de lo que hacía su padre.