Continúa el juicio contra el acusado de matar y descuartizar a su tía y a su inquilina en un chalet de Majadahonda
Un agente que participó en un registro de la vivienda del supuesto descuartizador de Majadahonda ha explicado en el juicio que un perro marcó la presencia de «gran cantidad» de restos biológicos humanos en el sótano, donde estaba la trituradora con la que presuntamente destrozó los cuerpos de sus víctimas.
Así lo ha dicho en el juicio que se celebra estos días en la Audiencia Provincial de Madrid contra Bruno H.V., acusado de los asesinatos de su tía Liria y su inquilina Adriana.
El agente de la Guardia Civil que ha declarado que el perro «hizo un marcaje claro» en el sótano y localizó restos humanos en las paredes paredes y en el suelo, así como «muestras grandes como un charco o un arrastre» en una zona concreta de la estancia.
Su testimonio se suma al de los agentes que acudieron al primer registro que detectaron en dicho sótano «un olor a sangre fresca», y se percataron de que las paredes habían sido pintadas recientemente.
También en este lugar se encontró una picadora industrial con la que, se cree, el acusado podría haber triturado a su tía Liria, desaparecida en 2010, y a su inquilina Adriana, desaparecida en 2015.
Los restos de ambas se buscaron, infructuosamente, durante seis meses en el vertedero de Pinto tras la información de un testigo que declaró haber visto a un hombre cerca de la vivienda de Majadahonda repartiendo bolsas grandes de basura en diferentes contenedores.
La Fiscalía pide para el acusado 30 años de internamiento en un centro psiquiátrico al considerar una eximente incompleta por enajenación mental ya que el acusado padece esquizofrenia paranoide.