La Guardia Civil analiza las cámaras de la urbanización donde vivía la familia asesinada y trata de recabar restos biológicos y huellas
Todavía quedan todas las sombras y las dudas sobre el crimen atroz que este fin de semana conmocionaba a la localidad de Pioz, en Guadalajara, y a toda España.
La Guardia Civil trata de encontrar alguna pista que pueda sostener una de las hipótesis con las que trabajan los investigadores. La más probable, pero no la única, es que unos sicarios, profesionales, fríos y calculadores, se desplazaron expresamente a la localidad para acabar con la vida de los cuatro miembros de la familia de nacionalidad brasileña.
El crimen, según las primeras investigaciones, fue cometido en agosto. Ha pasado ya un mes y eso juega en contra de la investigación. Los asesinos han podido ya huir de España o regresar al país del que llegaron para asesinar a la familia y enviar un mensaje.
El padre y la madre (de unos 40 años cada uno) y los dos niños (de cuatro y un año) fueron encontrados descuartizados y metidos en bolsas localizadas a simple vista en el salón de la vivienda ubicada en la calle Los Sauces de la urbanización La Arboleda.
Todos los esfuerzos de la Guardia Civil se centran ahora en seguir el rastro de los responsables del crimen, por eso una de las prioridades es analizar las cámaras de seguridad de la urbanización, analizar la vivienda en busca de huellas y restos biológicos e indagar en el pasado de los padres para intentar encontrar la pieza del puzzle que pueda dar sentido al macabro desenlace.
Los investigadores tratan de seguir el rastro de quienes accedieron en el último mes al chalé de la urbanización en la que hay unas 600 casas. Es un sitio tranquilo e ideal para esconderse, decían algunos de los residentes. Fue precisamente un vecino el que dio la voz de alarma tras detectar el mal olor que desprendía la casa de la familia asesinada.
Los antecedentes penales de los padres podrían haber sido una pieza clave en la investigación, pero lo último que se sabe es que carecían de ellos. Se está rastreando también la vida laboral del padre de familia y por ahora lo que ha transcendido es que se encontraba cobrando el paro y que llegó a España en el año 2005. Después vino su mujer y su hija, y en el 2015 tuvieron al segundo hijo en Valladolid. Se mudaron a vivir a Torrejón de Ardoz hasta acabar en Pioz donde se empadronaron el pasado 21 de julio.
Todo hace pensar que se trata de asesinos a sueldo y al menos pudieron actuar dos personas. El Delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha indicaba que la familia llegó a Pioz «huyendo» de alguien o de algo. La Guardia Civil trata de desvelar los motivos que les llevaron a esconderse y, no menos importante, trata de esclarecer de quién o de qué y por qué huían.
Una de las cosas que más ha llamado la atención de los investigadores es el escenario del crimen: la vivienda. Cuando llegaron, en la estancia principal del chalé encontraron esas varias bolsas de plástico y en su interior estaban los cuerpos troceados.
Todo estaba limpio, sospechosamente muy limpio. Y ni puertas ni ventanas estaban forzadas, lo que hace pensar que las víctimas conocían a sus asesinos y les abrieron la puerta; y que tras cometer el crimen los asesinos se tomaron las molestias de limpiar la casa.
También choca que las bolsas estuvieran allí, como si su intención fuera llevárselas pero por algún motivo cambiaran de plan, o como si quisieran que fueran encontradas en ese lugar para dejar constancia de la violencia con la que habían cometido el crimen, como si hubieran querido dejar un mensaje.
La investigación se encuentra ahora bajo secreto de sumario por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Guadalajara, y se está a la espera de conocer los resultados de la autopsia de los cuatro cadáveres. Las primeras evidencias señalan que no hubo tortura, que fue una muerte limpia y que después fueron descuartizados, pero es algo que tendrá que confirmar el análisis forense.
Mientras tanto en Pioz se respira inquietud y temor. El Ayuntamiento ha decretado dos días de luto oficial y las banderas ondean a media asta. Además este mismo martes se va a guardar un minuto de silencio a las puertas del Consistorio como muestra de recuerdo y condena.