El alcalde ha entregado una placa de reconocimiento a Dolores, vecina del municipio desde hace un siglo
La vecina de Cabanillas del Campo María Dolores de la Hoz Rincón, que reside actualmente en la Residencia de Mayores de la localidad, ha recibido este sábado 2 de octubre un caluroso homenaje por parte del Ayuntamiento y de su familia, con motivo de su centenario.
El alcalde, José García Salinas; el primer teniente de alcalde, Luis Blanco; y la concejala Jéssica Méndez, han acudido a los jardines de la Residencia El Parque para entregar a Dolores una placa de reconocimiento en nombre del Ayuntamiento, y un ramo de flores, en una ceremonia que ha contado con la presencia de decenas de familiares, desciendentes de la homenajeada.
«Hoy queremos rendirte un reconocimiento especial, porque gracias a ti y a la gente de tu generación, Cabanillas es hoy el pueblo que es; os lo debemos todo», le ha dicho el alcalde durante la entrega de la placa.
María Dolores de la Hoz Rincón nació en tierras del Duero, en Gumiel de Izán (Burgos), en mayo de 1921; pero ya con 20 meses, a comienzos de 1923, se trasladó a Cabanillas del Campo con sus padres y sus tíos.
Durante muchos años residió en la conocida como Casilla del Cristo, unas viviendas ya desaparecidas que había en un antiguo paso a nivel junto a las vías del ferrocarril (cerca de lo que ahora es Inditex, en el Polígono SI-20), ya que su tío trabajaba como ferroviario.
Dolores de la Hoz conoció a su pareja y se casó con ella también en Cabanillas, en el año 1946. Su marido era el recordado José Luis Inés, otro ilustre «cabanillero de toda la vida» que falleció hace ahora 30 años, en 1991. Con él tuvo 8 hijos e hijas (cinco chicos y tres chicas). Dolores y José Luis vivieron y criaron a sus hijos en el barrio de las Huertas de la localidad.
Actualmente, además de los 8 hijos de apellidos Inés de la Hoz, Dolores tiene 13 nietos (la mayor ya de 49 años) y hasta 10 bisnietos: el mayor de ellos tiene 13 años y el más pequeño y último en llegar, Hugo Inés, tiene sólo 9 meses, y con él la bisabuela se lleva prácticamente un siglo de diferencia. Casi toda la familia ha seguido residiendo en Cabanillas del Campo.
Gran aficionada a los bolillos, afición que practicó hasta casi los 90 años, y experta tejedora y costurera, Dolores es muy querida por todos cuantos la han conocido en la localidad, donde es una referencia por su longevidad y calidad humana. Su fortaleza física ha quedado demostrada no sólo por su larguísima vida, rebasando los 100 años, sino porque hace unos meses llegó a superar el COVID con más de 99 cumplidos, ha informado el Ayuntamiento de la localidad.