Llegaron a cobrar en premios 45.000 euros gracias a los décimos sustraídos
La Guardia Civil ha desmantelado un grupo criminal integrado por cuatro individuos de nacionalidad española especializado en robos con fuerza en entidades bancarias, administraciones de lotería y 50 comercios.
La investigación, en marco de la operación Cerbero Horch, se inició el 17 de diciembre del año pasado tras el robo de 64.000 euros en una administración de lotería de Colmenar y 300.000 euros en décimos, que le generó 45.000 euros en premios, que cobraron en una administración de Parla a través de dos toxicómanos.
A partir de ese momento, los agentes iniciaron un estudio pormenorizado de todos los hechos denunciados, hallando difrentes indicios coincidentes en todos los robos, que les llevaron a identificar a cuatro hombres, entre los que se encontraba el líder, conocido como El Cañada, un destacado alunicero sobre el que se centraron todos los esfuerzos para su localización.
Además, los integrantes de este grupo habían desarrollado una notable habilidad en el robo de coches de alta gama, que utilizaban para desplazarse y para perpetrar los robos. Los agentes han comprobado que el grupo había robado 40 de estos vehículos de la marca Audi y BMW.
El grupo actuaba de madrugada, seleccionando previa y cuidadosamente los lugares. En noviembre y diciembre pasado sus objetivos fueron administraciones de lotería. Además de la Colmenar, asaltaron la de San Agustín de Guadalix, San Martín de la Vega y Mejorada del Campo. Asismismo, se les imputan robos en ópticas, tiendas de telefonía móvil, bares y restaurantes.
Las entidades bancarias eran objetivos permanentes, siendo especialistas en la sustracción de recicladores de cajeros de efectivos. En el tiempo investigado han sustraído dos. Utilizaban un cabestrante que anclaban en una parte al cajero y al gancho del coche, consiguiendo arrancarlo de cuajo. Los recicladores se los llevaban y los cajeros lo abrían y se llevaban los cajetines de dinero. Todo ello en menos de cinco minutos.
Su ámbito de actuación abarca toda la región. Destaca la gran compenetración de la banda a la hora de cometer los robos, teniendo totalmente repartidas sus tareas y actuando en un breve espacio de tiempo. Un especialista se encargaba de la sustracción, El Cañada en la conducción (no dudaba en utilizar la conducción evasiva y temeraria si eran detectados por la Policía) y los otros eran los que materializaban el robo.
Los detenidos son el cabecilla, de 33 años, y tres jóvenes más con edades comprendidas entre los 25 y los 28 años, todos españoles y con numerosos antecedentes. Tres de los detenidos están en la cárcel y el cuarto en libertad con cargos.