Comunidad y Ayuntamiento rechazan la solución que proponen las grandes constructoras
La patronal de las grandes constructoras y concesionarias de infraestructuras (Seopan) ha planteado la posibilidad de poner algunos carriles de pago en las autovías de acceso a Madrid o Barcelona, lo que a su juicio reduciría la congestión entre el 30 y el 50% en hora punta.
Según ha explicado Seopan, los peajes inteligentes consisten en articular un cobro de peaje sólo en alguno de los carriles de las vías de acceso, de forma que los conductores decidan circular por ellos o no en función de la fluidez del tráfico. Tendrían una tasa de peaje flexible, de forma que sería más caro cuando haya más tráfico.
Una solución contra los atascos que no comparten ni la Comunidad de Madrid ni el Ayuntamiento de la capital, que se han mostrado contrarios a cobrar por entrar a Madrid y partidarios de poner en marcha soluciones como el Bus-VAO de la A-2.
En este sentido, el vicepresidente del Gobierno regional, Pedro Rollán, espera que Fomento retome el proyecto piloto de desarrollar nuevos carriles Bus-VAO en algunas autovías como la A-2, lo que permitiría agilizar el tráfico de entrada a la capital sin necesidad de cobrar a los conductores.
En la misma línea se ha expresado la portavoz del Gobierno municipal, Rita Maestre, quien considera el Bus-VAO la fórmula más rápida y sostenible de acceder a las ciudades.
Maestre ha recordado que el Ayuntamiento alcanzó un acuerdo para poner en marcha un carril para transporte público y vehículos de alta ocupación en la A-2, y al igual que la Comunidad, ha instado al Ministerio de Fomento a dar los pasos necesarios para ponerlo en marcha cuanto antes.
Así sería el Bus-VAO de la A-2
La medida, que contribuiría a reducir la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero, es fruto del proceso iniciado el 28 de noviembre de 2017 por Comunidad, Ayuntamiento y Gobierno central, cuando suscribieron un acuerdo general para colaborar en la puesta en marcha de esta intervención viaria, que se desarrollaría en dos fases, con una inversión global de 15 millones de euros.
La iniciativa contempla reservar el carril izquierdo de la calzada para los autobuses y Vehículos de Alta Ocupación, lo que permitiría hacer el transporte público más atractivo y competitivo, según informó el Gobierno regional.
El carril enlazaría Madrid con Torrejón de Ardoz, desde el kilómetro 23,5 hasta el 4,2 en el sentido entrada y del 6,1 hasta el 14,9 en sentido salida.
El carril se controlaría mediante un sistema de Gestión Inteligente de la Carretera (ITS), que permitirá activarlo o desactivarlo en tiempo real. Además, contemplaba señalización horizontal-vertical, identificación del carril reservado mediante una baliza luminosa, cámaras, aforadores y paneles de señalización variable, cuya operación se integraba con los sistemas ya existentes en la vía.
A diferencia del Bus-VAO de la autovía A-6 (carretera de La Coruña), en este caso se anunció que no existiría separación física entre este carril y el resto de carriles de la calzada.
En un principio se contempló la posibilidad de implantar esta tecnología en otras autovías como la A-5.