El agente reconoció los hechos ante el tribunal
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a dos años de prisión a un policía nacional por colocar en 2015 una cámara en el vestuario de sus compañeras para grabarlas mientras se cambiaban, hechos que reconoció ante el tribunal.
En la sentencia, la Sección 23 de la Audiencia de Madrid considera a Pedro C. G. como autor de un delito contra la intimidad y le impone también una multa de 2.700 euros, además de una indemnización de 2.000 euros a cada una de las tres víctimas que aparecían en los vídeos por perjuicios y daños morales.
No obstante, la resolución no es firme y contra la misma cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
La sentencia considera probado que el policía, entre los meses de julio y septiembre de 2015, instaló en la comisaría del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) un pendrive con cámara que llevaba incorporado un sensor de movimiento, que permite el inicio automático de la grabación de archivos de vídeo con audio. Lo situó escondido encima de una de las taquillas dentro de una bolsa de papel tumbada.
El policía, «movido por el ánimo de acceder al ámbito más privado y reservado de las distintas mujeres que allí se cambiaban de ropa», enfocó la cámara directamente hacia ellas para obtener imágenes íntimas de tres mujeres, algunas en ropa interior. Una de ellas descubrió el pendrive en el cuarto, que estaba abierto y sin medidas de seguridad para su acceso.
En el juicio, el policía reconoció entre lágrimas los hechos y explicó que lo hizo porque su mujer estaba atravesando una enfermedad, fue una etapa «muy dura» y «tristemente sintió esa necesidad».
«Lo siento en el alma y lo voy a sentir toda mi vida pase lo que pase», dijo el acusado en su turno de última palabra.
Pedro G.C, tras ser detenido, fue suspendido de empleo y sueldo unos cinco meses y después fue destinado a una comisaría de Madrid, informa Efe.