El jurado popular también considera culpable al hombre que la ayudó a deshacerse del cadáver prendiéndole fuego en un pinar de Vallecas
El crimen del marino mercante asesinado en Torrejón de Ardoz ha quedado visto para sentencia. El jurado popular ha declarado culpable por mayoría a María José B.G., acusada de matar a Gabriel E.S. en un centro de estética de la localidad en agosto de 2021. También ha considerado culpable de encubrimiento a Luis E.M.G., el hombre que la ayudó a deshacerse del cadáver.
El veredicto se ha hecho público este jueves en la Audiencia Provincial de Madrid, tras seis sesiones de juicio. La Fiscalía pedía 20 años de prisión para la acusada y tres años para su cómplice. Las defensas de los dos acusados, por su parte, reclamaron la absolución al entender que no había pruebas suficientes contra ellos. Durante el juicio, la mujer señaló al encubridor como autor del crimen.
La víctima, de 63 años, era un marino mercante que pasaba largas temporadas fuera de España. Durante sus ausencias, personas de su entorno recibían sus nóminas y se las entregaban a su regreso. Según la investigación, una de ellas era la ahora declarada culpable, quien ya se habría apropiado de parte del dinero en varias ocasiones.
El día del crimen, la acusada recogió a la víctima en el aeropuerto. Ambos se dirigieron al local de estética que ella tenía en Torrejón y allí discutieron por motivos económicos. En ese momento, la mujer lo golpeó en la cabeza y, cuando quedó inconsciente, lo asfixió tapándole la nariz y la boca, según el fiscal.
Al día siguiente, con la ayuda del otro acusado, recogió un coche prestado en la estación de Renfe de Alcalá de Henares. Volvieron al local, metieron el cuerpo en el maletero y lo llevaron hasta un pinar de Villa de Vallecas, junto a la calle Cerro del Murmullo. Allí le prendieron fuego para dificultar su identificación, según el relato de la Fiscalía.
El hallazgo se produjo gracias a la llamada de una vecina que vio un incendio. La Policía encontró el cadáver parcialmente calcinado, sin dientes ni falanges en los dedos. A pesar de las mutilaciones, los agentes lograron identificarlo y relacionar el crimen con la acusada. Fue arrestada tres meses después. La Policía registró su casa, el coche usado y el local.
La mujer había asegurado a la familia de la víctima que seguía con vida y que se había marchado voluntariamente. Además, durante su estancia en prisión, fue también acusada de otro homicidio, el llamado crimen de la etiqueta, ocurrido en diciembre de 2021 en Puente de Vallecas, como contamos aquí en MiraCorredor.