El local además presentaba graves deficiencias de seguridad
La Policía Municipal de Madrid realizó el pasado domingo una inspección al local Ritmos y Costumbres, situado en la calle Corredera Baja de San Pablo número 39, que genera continuos problemas de convivencia con los vecinos del barrio, siendo levantada acta en materia de espectáculos públicos por varias infracciones administrativas, entre las que se encuentra un exceso de aforo y graves deficiencias en materia de seguridad.
En el local se encontraban en el momento de la inspección un total de 307 personas, a pesar de que el aforo máximo permitido del mismo es de 99, triplicando el número máximo de personas al que está autorizado, por lo que se procedió al desalojo del mismo por motivos de seguridad.

En este desalojo, que se produjo de forma paulatina y sin incidentes reseñables, tuvieron que intervenir varias patrullas de la Unidad Integral de Distrito Centro Norte para garantizar la seguridad de las personas afectadas por el mismo. Además siete clientes solicitaron hojas de reclamaciones siéndoles estas negadas por parte de los responsables del local.
El establecimiento contaba con graves deficiencias en los sistemas de evacuación, lo que supone un riesgo importante para la seguridad de las personas que se encontraban en su interior, más tratándose de un sótano en el que la única vía de evacuación ante una emergencia era una salida con un recorrido lleno de obstáculos y con una anchura de casi la mitad del mínimo exigido, según ha informado este jueves la Policía Municipal.

La entrada y salida ordinaria del local estaba contaba con una valla metálica de 2 metros de altura, sujeta por dos pies de hormigón, que reducía en unos 30 centímetros el acceso mínimo de 1 metro de ancho exigido para este tipo de accesos, lo que supone una nueva deficiencia grave en cuanto a la seguridad de las personas, no solo porque reduce en anchura una posible vía de evacuación, sino porque podría provocar el aplastamiento de personas, en caso de caída, tras una avalancha humana en una situación de emergencia.
El local tiene la actividad autorizada como club de fumadores, cuyo titular es una asociación de fumadores de Madrid, lo que supone que no podría ejercer ninguna actividad económica que tuviera ánimo de lucro.
En el momento de la inspección estaba abierto al público como discoteca after hour, cobrando una entrada de 20 euros para acceder al local en la que se incluía derecho a una consumición en el interior del mismo, un tipo de funcionamiento que no está recogido en el catálogo de actividades de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de la Comunidad de Madrid.