Ha ocurrido en el madrileño barrio de Simancas
Sorpresa y estupor es lo que sintió la comisión judicial cuando el pasado 14 de noviembre llegó al piso de Agustín, un vecino del barrio madrileño de Simancas, de 56 años, y al entrar con ayuda de un cerrajero encontró su cadáver en una de las habitaciones de la vivienda, donde permanecía muerto desde 2013, según informa el diario El Mundo.
Iba a ser desahuciado por impago de las letras del piso, situado en la calle Castillo de Madrigal de las Altas Torres, cuando encontraron su cuerpo momificado sin que nadie, ningún familiar, le haya echado en falta durante este tiempo.
En el barrio nadie se explica cómo ha podido ocurrir y los vecinos han apuntado que en su día el hombre, que vivía solo porque se había separado de la mujer, aunque tenía una hija, les comentó que estaba enfermo sin precisar qué sufría. Le vieron salir en ambulancia y pensaron que había fallecido en el hospital. Sólo un vecino comentó que parecía que olía a muerto.
A falta de que lo confirmen las pruebas, en principio se descarta una muerte violenta al no haber encontrado signos de robo en la vivienda.