Ha sido detenido y puesto en libertad acusado de un delito contra los derechos fundamentales
La Policía Nacional ha detenido al hombre que el pasado jueves insultó a una mujer musulmana y a un hombre sudamericano en un vagón del Metro de Madrid, según informan fuentes policiales.
La detención ha sido llevada a cabo por agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid, encargada de los delitos de odio, y también de la Brigada Móvil, responsable de la seguridad en el transporte, ya que buscaban al hombre desde el jueves, cuando ocurrieron los hechos, que fueron grabados por usuarios y difundidos en Twitter por el sindicato Solidaridad Obrera.
Metro ha relatado que el conductor del tren fue alertado de lo que pasaba y decidió mantener parado el tren y llamar al Puesto de Mando.
Al parecer, la mujer musulmana, que iba acompañada de su pareja, tenía miedo de bajarse en la estación de República Argentina, que era su parada y fue donde se bajó el presunto agresor.
El conductor les aconsejó entonces que llegaran hasta Nuevos Ministerio. Una vez allí, fueron acompañados por vigilantes de seguridad en un trayecto de vuelta hasta la estación de República Argentina, donde finalmente pudieron salir a la calle sin correr peligro.
Metro automáticamente puso en manos de la Policía las imágenes de las cámaras de seguridad del vagón donde ocurrieron los hechos. Esas imágenes, el vídeo difundido en redes y el relato de los testigos, han permitido la detención.
El hombre, de 43 años y nacionalidad española, después de tomarle declaración fue puesto en libertad acusado de un delito contra los derechos fundamentales.
Las mimas fuentes policiales explican que no tiene antecedentes y es simpatizantes de grupos radicales aunque sin pertenecer a ninguno.
«No queremos moros en Madrid»
«No queremos moros en Madrid», fue una de las frases que pudieron escuchar los viajeros, que rápidamente le recriminaron su actitud, poniéndose todos en su contra, hasta el punto de que tuvo que abandonar el vagón espetando una última frase: «Ojalá volviese uno con bigote y os metiera a todos en una puta nave. El gas lo iba a pagar yo».
Uno de los que defendían a la mujer, de origen sudamericano, recibió también los agravios de esta persona: «Tú lo que tienes que hacer es irte a tu puto país».
Además, mientras se alejaba del andén se giró para volver a enfrentarse a los viajeros, se agarró la entrepierna y levantó el brazo para hacer el saludo fascista al grito de «Heil Hitler»