Al detenido le constaba una orden de alejamiento en vigor
La Guardia Civil ha logrado impedir una agresión a una víctima de riesgo extremo de violencia de género cuando su expareja intentaba acceder a su casa, en la localidad madrileña de Paracuellos de Jarama, con actitudes muy violentas.
Tras las diversas denuncias interpuestas por la víctima contra su expareja por agresiones y por quebrantar las órdenes de alejamiento impuestas por la autoridad judicial, al hombre le constaba la prohibición de acercarse a 500 metros de su expareja así como la prohibición de acudir al municipio de Paracuellos donde ella reside.
Tras la última denuncia realizada por la víctima y tras resultar de su manifestación una valoración policial extrema, agentes del Puesto Principal de Paracuellos protegían a la mujer durante las 24 horas en la puerta de su domicilio, como establece el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén) de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior.
Durante su vigilancia, los guardias civiles dieron el alto al vehículo que conducía el hombre, cuando circulaba por las inmediaciones de la vivienda. Mientras uno de los agentes realizaba las respectivas comprobaciones en el vehículo policial de los datos personales de la persona para cerciorarse de que efectivamente se trataba de la expareja de la víctima y que le constaba un señalamiento en vigor por encontrarse a una distancia no permitida de la mujer; el otro agente tuvo que intervenir rápidamente para impedir la huida del supuesto autor.
El ahora detenido, que presentaba un estado alto de nerviosismo y agresividad, cogió rápidamente las llaves del vehículo, que previamente le habían sido retiradas para impedir que continuase la marcha, consiguiendo introducirlas en el contacto.
Entonces, uno de los guardias civiles intentó quitarle esas llaves para evitar que huyera del lugar, respondiendo el conductor mordiéndole en varias ocasiones.
De este modo, logró meter la primera marcha con la intención de embestir todo a su paso. Sin embargo, no lo logró gracias a la ayuda del otro guardia civil, que acudió en cuanto escuchó los insultos y amenazas proferidas por el autor de los hechos, pudiendo ser finalmente controlado y detenido.
Se trata de un hombre 46 años, de origen español y con numerosos antecedentes, al que se le detuvo por los delitos de quebrantamiento de condena en el ámbito de la violencia de género, resistencia y desobediencia grave y por atentado a agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones, ha informado este jueves la Guardia Civil.