En los registros practicados en la provincia de Guadalajara se ha encontrado, entre otras cosas, una piel de oso con cabeza incluida
La Guardia Civil ha detenido el pasado lunes, 27 de marzo, a tres personas como presuntas autoras de un delito de caza furtiva, otro de pertenencia a grupo criminal y uno tercero de estafa, que ha permitido desarticular un grupo criminal que actuaba en las provincias de Teruel y Guadalajara.
Los detenidos son E.M.T., de 40 años, P.A.H.M, de 43 años, y J.A.S.R, de 26 años. Además, se ha investigado a otras seis personas, cuyas iniciales son J.D.R, J.A.C.J, J.J.M.N, A.A.S, A.G.L. y J.A.S.E., según ha informado la Guardia Civil.
La Operación IBICE se inició en 2016, cuando las personas detenidas y algunos de sus clientes abatieron ilegalmente tres ejemplares de macho de cabra montés en las proximidades de la localidad de Gargallo (Teruel).
Las investigaciones llevadas a cabo por los agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Teruel dieron como resultado el descubrimiento de que este grupo organizado, además de cazar ejemplares de cabra montés, también lo hacía de forma ilícita con corzos y muflones en diferentes lugares de la provincia de Guadalajara.
Las mismas fuentes han indicado que el modus operandi llevado a cabo por las personas detenidas implicaba establecer contacto previo con clientes de alto poder adquisitivo, a los que les ofrecían la posibilidad de cazar a cambio de un cantidad determinada de dinero.
El precio en la provincia de Teruel por cazar un ejemplar de macho de cabra montés de una categoría oro (el nivel más elevado dentro de las categorías de un trofeo de caza mayor) era de 2.000 euros, muy inferior al del mercado legal, según los investigadores.
La Guardia Civil ha explicado que para llevar a cabo sus actividades los detenidos utilizaban varios vehículos, en unos transportaban las armas empleadas y en otro los ejemplares cazados.
La principal dificultad con la que se encontraron los investigadores fue las estrictas medidas de seguridad tomadas por las personas implicadas, como podían ser marchas y contramarchas para detectar la presencia de posibles testigos.
Además, portaban precintos de caza mayor que, en caso de ser interceptados por los miembros de la Guardia Civil, alegaban haberse olvidado de colocarlos en la pieza abatida, vestían ropa que no indicaba que se tratase de cazadores o que se les relacionase con cualquier tipo de actividad en el campo y contaban con un sistema de transmisiones radiotelefónico propio para evitar ser descubiertos.
La operación ha incluido varios registros domiciliario en diferentes localidades de la provincia de Guadalajara en los que se han intervenido una piel de oso con cabeza incluida, un corzo congelado, tres cabezas de ciervo, once de corzo, cuatro rifles de caza mayor, dos carabinas, tres escopetas (una de aire comprimido), una ballesta de caza, diez miras telescópicas, 36 precintos de caza mayor, cuatro linternas, un foco, tres teléfonos móviles, dos silenciadores, un hacha, una navaja de grandes dimensiones, cinco radioteléfonos portátiles y documentación variada.
Tanto las personas detenidas, como las diligencias instruidas han sido puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Teruel.
Colaboración ciudadana
La Guardia Civil ha detallado que para poder llevar a buen término la operación ha sido fundamental la colaboración ciudadana, especialmente de los vecinos y cazadores de la localidad turolense de Gargallo.
La Operación IBICE ha sido enmarcada dentro del Plan de Control y Seguimiento de actividades de Caza Furtiva, en el que se establece que en determinadas épocas del año se hace necesario un seguimiento exhaustivo con el fin de la evitar en la provincia de Teruel.
El plan diferencia dos zonas, una en la Sierra de Albarracín, tendente a la caza de ejemplares de ciervo macho, preferentemente en horarios nocturnos, y una segunda que afecta a la zona del Maestrazgo, relacionada con la caza de cabra hispánica, que se suele ejecutar en horario diurno.
La Benemérita ha precisado, asimismo, que durante 2016, se realizaron numerosas intervenciones a la Ley de Caza por parte del SEPRONA de la Guardia Civil de la Comandancia de Teruel, con un total de 76 infracciones, cuatro delitos y una persona detenida en la localidad de Jabaloyas, al ser sorprendida mientras realizaba el ejercicio de caza sin la habilitación correspondiente y habiendo dado muerte a un jabalí de 80 kilos.