Las detenciones tuvieron lugar durante el desalojo de un edifico okupado en Guadalajara
La Policía Nacional ha detenido a dos personas durante el desalojo de varias viviendas de un edificio okupado en Guadalajara.
En el transcurso del mismo, ordenado y supervisado por la autoridad judicial, fue detenido un joven que estaba siendo buscado por haber cometido un robo con violencia el pasado mes de octubre, así como otro hombre que trató de deshacerse de la sustancia estupefaciente que poseía y de los útiles que le implicaban en un posible delito de tráfico de drogas.
El edificio en que tuvieron lugar los hechos, situado en la calle Cuba de Guadalajara, estaba okupado desde hace varios años, habiéndose convertido en un punto de venta de droga, foco de continuos problemas, que provocaba cierta alarma e inseguridad entre los vecinos, según la Policía Nacional.
Fue durante el lanzamiento cuando se localizó en el interior de una de las viviendas a un joven de 20 años de edad, que estaba siendo buscado por la comisión de un robo con violencia e intimidación que tuvo lugar el pasado 21 de octubre, cuando amenazó a una pareja con un machete y les sustrajo el dinero y el teléfono móvil, alejándose rápidamente del lugar.
La investigación que se inició en el mes de octubre para esclarecer este hecho, consiguió determinar la identidad del presunto autor, que había permanecido oculto en una de las viviendas okupadas para evitar su detención.
Además, durante el desarrollo del desalojo, un hombre fue sorprendido por los agentes cuando arrojaba por la ventana un par de botines que ocultaban en su interior 200 gramos de hachís, una báscula digital y una espátula con restos de sustancia estupefaciente. A pesar de que con esta maniobra trataba de eludir su posible responsabilidad, fue detenido como presunto autor de un delito de tráfico de drogas.
Igualmente, se detectó a cuatro personas que se encontraban en situación irregular en el territorio nacional.
Los dos detenidos fueron puestos a disposición judicial, mientras que los domicilios desalojados fueron entregados a sus legítimos propietarios que se encargaron del cierre para evitar nuevas okupaciones.