Este miércoles ha comenzado el juicio con el escalofriante relato de la Fiscalía
La Audiencia Provincial de Guadalajara ha celebrado este miércoles la primera sesión del juicio por el crimen ocurrido en un chalet de Pioz en agosto de 2016, y en el que murió una familia brasileña (un matrimonio de 40 años y sus dos hijos de tres y un año de edad), cuyos cuerpos aparecieron descuartizados en el interior de bolsas de basura.
Patrick Nogueira, de 21 años, sobrino y tío de las víctimas, se ha sentado esposado en el banquillo de los acusados (visiblemente más delgado y con gafas), donde se ha mostrado en todo momento serio y tenso, mientras la fiscal ha relatado los hechos.
La fiscal jefe de la Audiencia de Guadalajara, Rocío Rojo, ha señalado que el asesino confeso llevaba días preparando los crímenes, «planificando todo fríamente», y no solo para cometer los asesinatos, sino también para ocultar los cuerpos. «Él recuerda todo, pero dice que no puede recordar que les mató», según Rojo.
Durante la primera jornada del juicio se han mostrado las fotografías y los mensajes que el acusado envió a un amigo en Brasil por WhatsApp mientras cometía los crímenes, y que la fiscal ha calificado de «terroríficos», como uno de ellos en el que escribía: «Qué risa, los niños no corren cuando les voy a matar, solo se abrazan entre ellos».
La defensa, por su parte, ha alegado «arrebato y problemas psicológicos», así como un «daño cerebral documentado» y no locura o psicosis, a lo que la representante del Ministerio Público ha contestado: «De arrebato, ninguno». La fiscal considera que Patrick es frío y calculador y que actuó con determinación.
Nogueira ha tomado la palabra para decir que solo respondería a las preguntas de su abogada. Acto seguido ha pedido perdón: «Me gustaría pedir perdón a mi familia. La única cosa que puedo hacer es pedir perdón. No puedo cambiar las cosas. Yo no he elegido funcionar de esta manera», ha dicho.
Después ha asegurado que su infancia no fue buena, con burlas y acoso por parte de sus compañeros de colegio, y ha declarado que desde muy pronto empezó a beber, hasta el punto de considerarse un adicto a la bebida.
Los nueve miembros del jurado popular conformado en la primera sesión deberán determinar la culpabilidad del acusado, que se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable.