El supervisor financiero ultima otra rebaja del PIB y retrasa la salida de la crisis a finales de 2023
El Banco de España ha avanzado que volverá a rebajar en junio su previsión de crecimiento para 2022 desde el 4,5% calculado en abril, después de que la desaceleración del PIB en el primer trimestre haya sido «mucho más intensa» de lo esperado y haya estado acompañada de un repunte de la inflación subyacente.
El informe anual de la entidad publicado este miércoles señala que la inflación no energética crecerá más de lo previsto este año, mientras que la subida de los precios de la energía será más modesta, entre otras cosas por la puesta en marcha del mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y rebajar el de la electricidad.
«Estamos revisando las previsiones y no tenemos números concretos, pero las dinámicas apuntan a una inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) mayor de la que esperábamos», ha dicho el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, durante la presentación del informe, informa Efe.
El porcentaje de bienes y servicios que registran tasas de inflación por encima del 2% se ha incrementado de forma muy significativa, al pasar del 25 % en junio de 2021 al 65% en marzo de 2022, según el informe. Entre los elementos que más han subido se encuentran muchos productos de primera necesidad.
Por ello, la inflación está teniendo un impacto «extraordinariamente asimétrico» en la sociedad y son los hogares con rentas más bajas, menor nivel educativo y más edad los que se ven más afectados. De hecho, el organismo afirma que el descuento de 20 céntimos en el precio de los carburantes ha favorecido más a las rentas altas.
El informe añade que en los últimos meses los hogares con menor renta habrían soportado una tasa de inflación 1,2 puntos porcentuales superior a la que enfrentaron los hogares con mayor nivel de renta. Por ello, Gavilán ha insistido en que se deben tomar las medidas necesarias para evitar los efectos de segunda vuelta.
El supervisor financiero reconoce que si esta situación inflacionista se mantiene mucho tiempo será difícil conseguirlo y las consecuencias para la economía serán «muy importantes». Además, constata que «España es, de entre todas las economías del área del euro, la más rezagada» en la salida de la crisis, que no llegará hasta finales de 2023, siendo su PIB el más alejado a los niveles previos a la pandemia.
El Banco de España también ha insistido en incrementar el peso de la tributación por consumo, pasando al tipo general del 21% del IVA productos y servicios que ahora pagan tipos reducidos (4 y 10%), algo «deseable por eficiencia y por equidad», según Gavilán, quien ha insistido en que hay margen suficiente teniendo en cuenta que España está lejos de los niveles de otros países europeos.
Con ese incremento de la recaudación se podría compensar a los hogares más vulnerables a través de rebajas fiscales en el IRPF o con impuestos negativos, dice el informe, que indica que la reforma fiscal es uno de los grandes retos pendientes, además de reforzar la sostenibilidad del sistema de pensiones, potenciar la empleabilidad de los trabajadores mayores o impulsar el trabajo estable.
Favorecer el crecimiento empresarial, promover un aumento de la oferta de viviendas en alquiler y poner en marcha políticas que mitiguen la desigualdad de rentas son otras de las reformas que deben formar parte de una estrategia de país que debe ser «ambiciosa» y ponerse en marcha con «vocación de permanencia».
Según Gavilán, con estas reformas y con una selección «rigurosa» de proyectos que serán financiados con los fondos europeos Next Generation EU, la economía española podría incrementar su potencial de crecimiento anual hasta el 2 %. No obstante, el informe detalla que las perspectivas de la economía española son «muy inciertas» por la guerra en Ucrania que está lastrando la recuperación.