El músico, poeta y cantante ofreció en Alcalá de Henares uno de sus conciertos más multitudinarios en España
Era un miércoles 14 de julio de 2004. Cuentan las crónicas de entonces: «Todo Alcalá de Henares sonaba a Bob Dylan. En la parada del autobús, en los semáforos en rojo, en los balcones abiertos de par en par y en los bancos de la plaza de las Bernardas se podía oír el eco de Bob Dylan, esa voz rota, que esta noche ha invadido la ciudad de los Quijotes y los Sanchos».
Dylan ofreció un concierto ante más de 12.000 personas en la Huerta del Obispo y fue, hasta esa fecha, el recital más multitudinario del músico en España, con todas las entradas, a un precio de 30 euros, agotadas.
Un espectáculo que reunió a numerosas personalidades del mundo de la farándula, la política, ministros y medios de comunicación. El concierto formaba parte de su gira Live and in person 2004 y sobre el escenario, Dylan a la armónica y al piano, acompañado de su banda.
El de Minnessota esperó hasta que la noche se apoderara bien de la ciudad para comenzar su concierto. Aquel día, hacía de telonera una joven Eva Amaral como anunciaban los carteles que empapelaban toda la ciudad.
Su voz rota y personal, su estilo único y poderosamente conocido, irrumpieron ante un público que sólo tenía oídos para escuchar algunos de sus clásicos, desde Don’t think twice, it’s all right hasta el mítico Like a rolling stone.
Eva Sánchez, vecina de Torrejón, estuvo allí y lo recuerda para MiraCorredor.tv. «Estábamos todos esperándolo, yo me puse de los nervios porque ese día salí tarde del trabajo y pensaba que llegaría tarde, aunque menos mal que primero iba Amaral». Eva tiene ahora 56 años, Dylan 75.
12 años después, este mismo jueves, Dylan es noticia porque la Academia sueca ha dado a conocer su nombre como ganador del premio Nobel de Literatura 2016 por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana».
Uno de los pocos mitos de la historia de la música contemporánea, padre del folk rock, pasa a la historia de la música y de la literatura con este galardón que sus seguidores no olvidarán jamás. Un premio atípico, dicen los críticos, aunque en esta ocasión la Academia ha reconocido también sus libros y textos para valorarlo como un «icono».
A lo largo de su trayectoria ha recibido un Óscar, el Príncipe de Asturias de las Artes 2007 y el premio Pulitzer en 2008, entre otros prestigiosos reconocimientos a su carrera profesional.
El año pasado fue la escritora y periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich quien se alzó con el galardón. Y este año será Dylan quien se lleve la medalla de oro, el diploma y una suma de dinero que en esta edición asciende a 8 millones de coronas suecas, 832.000 euros en metálico.
Maestro, inspirador, icono, leyenda… Hoy se apilan los calificativos, siendo «sorpresa» la palabra que mejor define este momento, la más utilizada en los titulares de la prensa global, porque su trabajo no se ajusta a los cánones literarios tradicionales, aunque nadie niega que las letras de sus canciones muestran la poesía por la que ha recibido el galardón.