En esta ocasión, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 7 años de prisión
Cristóbal L.C, cocido como El Toba, el frutero de la localidad madrileña de Valdeavero, vuelve a sentarse este martes en el banquillo por una de las tres causas que tiene abiertas. Según el escrito de la Fiscalía, los hechos que hoy se juzgan ocurrieron en julio de 2020.
En esta ocasión, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 7 años de prisión por un delito de abuso sexual, corrupción de menores, exhibicionismo y provocación sexual contra un menor de 16 años, con el que contactó por Internet, pidió fotos de sus genitales y le ofreció dinero para mantener sexo.
Además de los 7 años de prisión, la Fiscalía solicita que el acusado no se acerque a menos de 500 metros de la víctima, ni se comunique con el joven durante 5 años, y que tras la prisión permanezca 5 años en libertad vigilada.
También pide que sea inhabilitado para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores, también por 5 años. Y solicita el Ministerio Público que pague a la víctima 2.100 euros en concepto de responsabilidad civil por los daños morales causados.
El Toba, además, fue condenado el pasado mes de octubre a 19 años de cárcel por una agresión sexual a un menor de 15 años y corrupción de menores, de modo que se ordenó su ingreso en prisión, donde permanece.
Cristóbal L.C. tiene pendiente otro juicio, que se celebrará en octubre de 2024, por agresiones sexuales a una decena de niños menores de 16 años, exhibicionismo y provocación sexual, delitos por los que la Fiscalía pide para El Toba 98 años de cárcel.
La acusación particular, ejercida por el abogado Juan Manuel Medina, eleva la solicitud a 105 años de prisión. Por estos hechos fue arrestado en diciembre de 2021 a raíz de una denuncia presentada por la madre de un menor que relató abusos sexuales.
Tras esa denuncia, se descubrieron más presuntas víctimas, la mayoría conocidos de los hijos del investigado, a los que éste llevaba a su casa para cometer las agresiones. Supuestamente ofrecía a los menores golosinas y refrescos de su frutería y tienda de alimentación para abusar de ellos.