La operación ha sido un éxito y ha consistido en implantar una prótesis de titanio en el cráneo del paciente para lograr la audición por estimulación del hueso
El Hospital Universitario del Sureste, en Arganda del Rey, ha colocado con éxito a un paciente una prótesis osteointegrada de conducción vía ósea, denominada por sus siglas en inglés BAHA (Bone Anchored Hearing Aid).
Se trata de un procesador de sonido anclado a un implante de titanio fijado al cráneo y que permite al paciente la audición por una estimulación directa del hueso.
Una vez situado en la cavidad, la intensidad de la audición la controla directamente el paciente a través de su móvil.
Se trata de una intervención y de una técnica muy similar a la que se realiza en odontología para la implantación de piezas dentales. Con el fin de facilitar la audición en personas con hipoacusia se realiza una incisión retroauricular donde se fija el implante de titanio. De este modo, se pretende integrar el implante en el hueso y anclar sobre él una prótesis auditiva para que el sonido se transmita directamente por la vibración del cráneo.
Esta técnica, realizada por el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital del Sureste, está indicada en pacientes con hipoacusias de transmisión o mixtas, ya sean unilaterales o bilaterales, y con vía ósea conservada. Sobre todo está pensada para pacientes que, por distintas consideraciones médicas o por no adaptarse convenientemente, no pueden utilizar los audífonos de vía aérea convencionales.
Las ventajas de la utilización del BAHA son considerables ya que mejora la calidad de vida de los pacientes, con las indicaciones anteriormente presentadas, evita el rechazo estético que provocan los audífonos externos tradicionales y tiene una relación coste-efectividad altamente positiva. A todo esto, hay que añadir la facilidad y comodidad que tiene el paciente de controlar su audición a través de su teléfono móvil.
En el caso intervenido en el Hospital Universitario del Sureste, el paciente presentaba una malformación congénita del oído externo, pero con el oído interno conservado.
La intervención consistió en colocar un implante de titanio, similar al que utilizan los dentistas, en el cráneo. Posteriormente, sobre ese implante se acopló un audífono especial que recoge el sonido del ambiente y lo transmite a través del hueso hasta el oído interno que está sano.
De esta forma, se ha conseguido que el paciente pueda oír a pesar de la malformación.