El sistema de alarmas garantiza una atención inmediata, permitiendo que los profesionales sanitarios actúen con más rapidez
El Servicio de Electrofisiología del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz ha implantado el uso de una plataforma para monitorizar de manera remota los datos recogidos y el funcionamiento de los dispositivos cardiacos implantados a los pacientes del centro.
Este sistema de vigilancia a distancia permite recabar información sobre la duración de la batería de los marcapasos, la integridad de los electrodos o la existencia de arritmias peligrosas, con la ventaja de que el paciente no tiene que desplazarse al hospital. A través de un transmisor que se le entrega en consulta, la información de su dispositivo se transfiere todos los días de forma inalámbrica a una plataforma supervisada por los profesionales sanitarios.
«Poder acceder diariamente a la información de los dispositivos cardiacos implantados aporta mucha seguridad, tanto para los pacientes como para los profesionales», asegura Carla Lázaro, especialista del servicio de Cardiología-Arritmias en el Hospital Universitario de Torrejón.
Para mantener este control, el Servicio de Electrofisiología ha establecido un equipo que revisa diariamente los datos que transmiten los dispositivos y los contrasta con unos parámetros establecidos de manera personalizada para cada paciente. Una vez obtenido el análisis, en caso de necesitar atención especial, la plataforma genera notificaciones automáticas a los profesionales para que contacten con el paciente, valoren su situación y establezcan las actuaciones pertinentes según cada caso.
«La implantación de estos transmisores ha tenido una espléndida acogida entre los pacientes cuyos dispositivos son compatibles con este programa. Su respuesta positiva se debe a la seguridad que el sistema de notificaciones a los profesionales en tiempo real les supone, además de las ventajas de recibir una atención personalizada e inmediata sin tener que realizar desplazamientos hasta el hospital», destacan desde el centro sanitario.
El sistema, que sigue implantándose en nuevos pacientes cada semana, «supone una enorme mejoría respecto al método anterior, ya que las revisiones convencionales de los dispositivos suelen realizarse al mes del implante, cada seis meses o al año según el tipo de dispositivo cardiaco. De esa manera, si ocurría alguna anomalía no podíamos saberlo hasta que vinieran a revisión», afirma la doctora Lázaro. «Gracias a la monitorización a distancia, el control es mucho más exhaustivo», concluye.