El magistrado considera que los médicos no cometieron imprudencia y que la joven falleció por una complicación no derivada de la intervención, sino fortuita
El juez que investigaba la muerte de Silvia Idalia, la joven fallecida tras someterse a una operación de estética en la Clínica Ceme de Madrid, ha archivado la causa al considerar que los médicos no cometieron imprudencia y que la joven falleció por una complicación no derivada de la intervención, sino fortuita.
El auto del titular del Juzgado de Instrucción número 46, fechado este lunes y al que ha tenido acceso Efe, decreta el archivo provisional del caso argumentando que la conducta de los profesionales investigados fue «ajustada a la lex artis», de manera que ahora cabe la reclamación que pudiera realizarse por vía civil o administrativa.
Contra esta decisión del magistrado instructor cabe interponer recurso tanto ante el mismo juzgado como ante la Audiencia Provincial. La mujer, de 34 años, vivía en Palma y se trasladó a Madrid para operarse. En los días siguientes a la cirugía llamó y acudió presencialmente a consulta con los doctores que la operaron porque tenía molestias.
Una semana después acudió con síntomas graves y la derivaron al Hospital de La Paz, donde estuvo más de tres meses en coma inducido y donde falleció. Tras la denuncia de su familia, el juez en el que recayó el caso imputó a dos facultativos de Ceme y a la propia clínica por un posible delito de lesiones por imprudencia, y más adelante imputó a un tercer facultativo.
Ahora el juez archiva provisionalmente el caso al no apreciar indicios suficientes de delito, en un auto en el que explica que del informe médico-forense practicado se desprende que Silvia falleció por un shock séptico debido «a una fascitis necrosante tipo I, caracterizada por la destrucción de los tejidos mediada por múltiples gérmenes», que puede provocar la muerte «pese al correcto tratamiento instaurado».
Desde la Clínica Ceme siempre han sostenido que la operación a la que fue sometida el pasado 26 de abril se llevó a cabo sin complicaciones y que todo salió correcto, desconociendo el motivo por el que la mujer se infectó de una bacteria que le produjo una infección con graves secuelas hasta provocarle la muerte el pasado 31 de julio.