El juez ha concluido la investigación y considera que el bailarín era el cabecilla de un grupo que traficaba con droga en Madrid
El juez del caso de Rafael Amargo ha concluido la investigación y considera que el bailarín era el cabecilla de un grupo que traficaba con droga, fundamentalmente metanfetamina, que vendían desde el piso que compartía con su mujer, utilizando «mulas» que llevaban la droga a los compradores, informa Efe.
Así se refleja en el auto con el que el titular del Juzgado de Instrucción número 48 cierra la instrucción de la causa, transformando las diligencias en procedimiento abreviado, según ha adelantado el diario El País y ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), aunque contra el auto cabe recurso.
El magistrado Juan Ramón Reig entiende que Amargo, su mujer Luciana, el productor Eduardo de los Santos y otro socio llamado Miguel Ángel B.A. podrían incurrir en un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a grupo criminal.
De esta manera, da traslado al Ministerio Público y a las acusaciones particulares para que formulen escrito de acusación, solicitando la apertura de juicio o bien el sobreseimiento de la causa. Aclara el magistrado que estas partes podrán reclamar «excepcionalmente» la práctica de diligencias complementarias.
El bailarín fue detenido tras salir de un ensayo de su nueva obra Yerma, el 1 de diciembre de 2020, junto a otras tres personas, entre ellas la pareja del artista y su productor, tras una laboriosa investigación que tuvo más de un año a los agentes sobre la pista del artista granadino.
La Policía Nacional realizó varios registros en las propiedades de Amargo en Madrid, donde halló 60 gramos de metanfetamina, 20 gramos de ketamina y 6.000 euros en efectivo. Tras prestar declaración, fue puesto en libertad con cargos y ha continuado su actividad.