El frutero pederasta todavía tiene pendiente un tercer juicio en el que se enfrenta a una petición fiscal de 98 años de cárcel
Cristóbal L.C., conocido como El Toba o el frutero de la localidad madrileña de Valdeavero, condenado el pasado mes de octubre a 19 años de cárcel por corrupción de menores y agresión sexual a un joven de 16 años, ha sido absuelto en su segundo juicio en el que también era acusado de abusos sexuales y corrupción de menores por unos hechos ocurridos en julio de 2020.
En la sentencia, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), es absuelto de los delitos de abuso sexual por embaucamiento a menor de 16 años, corrupción de menores y exhibicionismo por, supuestamente, haber solicitado a un joven de 15 años que le enviara fotos de sus genitales y ofrecerle 100 euros a cambio de sexo.
La Fiscalía pedía para él siete años de prisión, pero el tribunal considera que no ha podido probarse a lo largo del juicio que tuviera conocimiento de la edad de la víctima, ni que fuera suya la fotografía que envió en un chat en el que había un segundo menor. El pederasta insinuó en el juicio que sus hijos o un amigo le pudieron meter en el chat sexual con menores.
El Toba fue condenado el año pasado por delitos sexuales a 19 años de cárcel, a diez años de libertad vigilada y a no trabajar con menores durante 25. En aquella sentencia sí se consideró probado que localizó a un chico de 15 años en un portal de contactos sexuales y le agredió sexualmente en agosto de 2022 en su propio domicilio de Valdeavero, diciéndole que era policía.
El frutero pederasta todavía tiene pendiente un tercer juicio en el que se enfrenta a una petición fiscal de 98 años de cárcel por agresiones sexuales a una decena de niños menores de 16 años, conocidos de sus hijos, exhibicionismo y provocación sexual. Será a partir del próximo 16 de octubre cuando se siente en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid por estos hechos.
Según el fiscal, los abusos se cometían en la frutería y tienda de alimentación que regentaba el acusado en Valdeavero o en su domicilio. Las víctimas, diez menores de entre 3 y 13 años, eran amigos de uno de sus hijos e hijos de su entorno. Al parecer, atraía a los menores con chuches y gusanitos para abusar sexualmente de ellos en la trastienda del establecimiento.