Abusó de su sobrina, menor de edad, y de una amiga de sus hijas
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a nueve años de cárcel y a otros diez de libertad vigilada a un hombre por abusar durante años de su sobrina, menor de edad, después de haber sido condenado también por abusar de una amiga de sus hijas pequeñas, según informa la Cadena SER.
La sentencia dice que los abusos tuvieron lugar durante al menos ocho años, cuando la niña era menor de edad e iba a dormir de forma habitual con sus dos primas a casa de sus tíos: era por la noche cuando su tío entraba en la habitación en la que dormían las tres y perpetraba los abusos sexuales.
El tribunal le ha impuesto finalmente la condena que solicitaba la Fiscalía: nueve años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales, además de la prohibición de acercarse a menos de medio kilómetro de su víctima, otros diez años de libertad vigilada y una indemnización de 30.000 euros para la niña, hija de su hermana.
Durante el proceso, el acusado llegó a afirmar que todo era un complot familiar orquestado por su exmujer, un argumento que desestiman de pleno los jueces: el relato de la víctima, además de desgarrador y doloroso, es claro y preciso destacando la persistencia absoluta de la niña una vez se decidió a contar lo que le había estado sucediendo durante años de visitas a casa de sus familiares, de acuerdo con la sentencia.
Los informes de todos los forenses y psicólogos que han explorado a la víctima también avalaron sin reservas su relato, relacionando directamente las secuelas psicológicas con las de una víctima de abusos sexuales.
Los detalles de la sentencia revelan que ésta no es la primera condena por abusos sexuales a menores de edad de este vecino de Alcalá de Henares de 52 años: ya fue condenado por abusar al menos en dos ocasiones de una amiga de sus hijas que también había dormido en su casa unos días, usando el mismo modus operandi que con su otra víctima.
Esta primera condena fue de cuatro años de cárcel, una orden de alejamiento de 500 metros, cinco años de libertad vigilada y 6.000 euros de indemnización para la víctima.
La sobrina decidió contar su caso y denunciar cuando supo que su tío iba a ingresar en prisión por haber abusado de la amiga de sus hijas.
Durante este último juicio, según refleja la sentencia, el acusado rompió a llorar cuando una de sus hijas decidió guardar silencio durante su testifical: para los jueces es absolutamente evidente que silenciaba vivencias propias o ajenas en relación con su padre, sospechando que el acusado pudo romper a llorar tal vez por lo que pensó que iba a contar su hija.