Según varios testigos, la víctima era agresiva
Varios testigos que han declarado en la causa contra el dueño de un bar acusado de matar a un chatarrero de una puñalada en 2014, tras una discusión a las puertas del local en Alcalá de Henares, han descrito a la víctima como una persona agresiva.
La Audiencia Provincial de Madrid ha reanudado, con la declaración de testigos, el juicio con jurado popular a José Antonio F.D, que se enfrenta a 12 años de prisión, a petición de la Fiscal, como presunto responsable de un delito de homicidio.
Los agentes de la Policía Local de Alcalá de Henares que acudieron al lugar de los hechos en agosto de 2014 han explicado que la víctima era conocida en la zona por ser agresiva y que en una ocasión los agentes le intervinieron un hacha.
Según el relato de hechos de la Fiscalía, el acusado y la víctima mantuvieron una discusión a las puertas del bar que José Antonio regentaba en Alcalá de Henares y después de un forcejeo el acusado, «con ánimo de acabar con su vida», se hizo con un cuchillo y le apuñaló en un costado, lo que produjo la muerte del hombre.
Sin embargo, en su declaración en el juicio, el acusado ha explicado que fue la víctima quien quiso matarle amenazándole con una botella de vidrio rota y que después de ir a por el cuchillo con la intención de intimidar al fallecido, le apuñaló «por acto reflejo, pero sin intención de acabar con su vida», alegando legítima defensa.
En este sentido, los agentes han señalado, junto con otros efectivos de la Policía Nacional que se personaron en el lugar y que también han testificado, que muy cerca del cadáver observaron una botella de cristal rota y un punzón.
Y uno de lo agentes de la Policía Científica que tomaron las muestras del cadáver en el lugar ha explicado que del cuello de la botella rota analizada extrajeron huellas que coincidían con las de la víctima, aunque se ha remitido a los informes que los peritos explicarán con detalle en los próximos días.
Por último, un inspector de la Policía Nacional ha relatado que habló con el acusado, que estaba muy nervioso, y éste le confesó que había sido él quien le había apuñalado, al tiempo que ha insistido en que en todo momento el procesado les facilitó el trabajo. De hecho, el propietario del local, fue quien llamó al 091 para contar lo que había sucedido y poco después se entregó de forma voluntaria a la Policía.
«Él vino a matarme. Fue un acto reflejo»
El acusado ha declarado esta semana en el juicio que la víctima fue «a matarme con una botella rota» y que, durante el forcejeo entre ambos, «por acto reflejo», le apuñaló.
En su declaración, José Antonio ha explicado que la víctima fue hacia él con una botella rota amenazando con matarle a él, a su mujer y a su hija, tras lo que el procesado entró en la cocina del bar y cogió un cuchillo para hacer ver a la víctima que también iba armado y que «no se buscase problemas».
«De un momento a otro nos encontramos los dos en el suelo», ha proseguido el encausado, quien ha admitido que apuñaló al hombre «por instinto», pero que en ningún momento tenía intención de acabar con su vida.
Después de lo sucedido, José Antonio se marchó a su casa a cambiarse de ropa, ya que el fallecido era toxicómano y tenía una enfermedad venérea y, una vez allí, llamó a la Policía para avisar de que se iba a entregar.
Según el relato del procesado, ambos mantenían «una buena relación con la víctima desde que ambos eran pequeños, y el fallecido estaba «obcecado» con él desde el día en que José Antonio le advirtió de que tendría problemas con los vecinos si continuaba intentando robar los coches del barrio.
«A partir de ahí comenzó mi calvario», ha dicho el acusado, quien ha asegurado que la víctima, desde entonces, le intentó quemar una vez el bar y en otra ocasión agredió con una barra de hierro a la pareja de José Antonio.
Por último, el acusado ha asegurado que en diez años como propietario del bar nunca ha tenido ningún incidente con nadie y ha insistido, visiblemente afectado, que nunca tuvo «intención de matarle».