Fue a un bar a ver el partido y allí encontró la muerte
Juan Ballesteros Peiró, de 47 años, es el policía municipal que en la madrugada del miércoles 9 de agosto murió degollado en el bar Luis, situado en la calle Ambroz del distrito de Vicálvaro, cerca de su casa, cuando estaba fuera de servicio.
El agente fue acuchillado por un hombre, Manuel Cruz Ramos, de 50 años, que después del suceso llamó al 112 desde su vivienda y se entregó a la Policía.
Las muestras de cariño y las condolencias llegaban desde diferentes puntos del país a través de las redes sociales. Sus compañeros de la Policía Municipal de Madrid han subrayado la competencia y el trabajo que la víctima ha realizado en el cuerpo durante su trayectoria profesional. Además se ha conocido que Juan frustró hace meses un atraco en un local de Vicálvaro y recibió un disparo en la cabeza con perdigones.
«Hoy es un día duro para la Policía Municipal de Madrid. Hemos perdido a un buen amigo, una buena persona y compañero excepcional», ha escrito uno de sus compañeros en una carta que circula entre los agentes.
«Gracias por todo, por como eras, nos has alegrado millones de días con tu forma de ser, te queremos y te guardaremos en nuestros corazones siempre. Cuídate mucho allá donde vas. Ha sido un orgullo patrullar a tu lado», expresa en la misiva.
Le rebanó el cuello desde la oreja a la barbilla
Ballesteros trabajó ese día por la tarde y al salir fue al bar para ver el partido de la Supercopa del Real Madrid contra el Manchester United.
Hasta poco antes de su muerte mantuvo conversaciones por WhatsApp con algunos de sus compañeros, desolados tras enterarse de la noticia.
Sobre las dos de la madrugada, vio entrar en el bar a un hombre con una mochila a la espalda, que se dirigía al baño, salía de él y rondaba por las mesas molestando a los clientes, según fuentes de la Policía Municipal.
El agente le recriminó su actitud, ambos intercambiaron unas frases y el agresor sacó un cuchillo de la mochila y le rebanó el cuello desde la oreja a la barbilla.
El policía no tuvo posibilidad de defenderse, logró salir del bar malherido y a los pocos segundos cayó al suelo desangrado.
El asesino a su madre: «Le hecho algo a un policía»
El presunto asesino, al parecer, había estado en tratamiento psiquiátrico por una larga depresión. Según los vecinos buscaba bronca habitualmente y siempre se estaba metiendo con la gente, en el barrio se insinúa además que en los últimos meses podría estar consumiendo drogas.
La madre ha explicado a El Mundo cómo fue el momento en que su hijo llegó a casa para avisar de lo que había hecho: «Traía las manos manchadas de sangre y me dijo: Le he hecho algo a un policía. Ya no le dio tiempo de contarme más, cuando me di cuenta estaba la casa llena de policías y él tirado ahí poniéndole las esposas».
El Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación para determinar si había algún vínculo entre la víctima y su asesino o si había algún tipo de cuenta pendiente, como se ha llegado a especular.